La fotografía culinaria ha sido utilizada desde siempre. El afán por retratar la comida con diferentes propósitos, ha hecho de esta modalidad de captura todo un arte de la representación. Por su parte, la fotografía publicitaria es la que más se ha servido de este tipo de instantáneas.
Y es que habitualmente estas fotos eran exclusivas de anuncios publicitarios, packaging alimentario o cartas de restaurante. Sin embargo, desde el auge de las redes sociales, experimentar con la fotografía gastronómica es propiedad de cualquiera. Cada día se comparten en Instagram miles de fotos de platos, demostrándose el gusto popular por este tipo de instantánea.
Si además de ser un foodie tienes inquietudes fotográficas, te invitamos a seguir cualquiera de estos consejos para elevar el nivel de tus fotos de comida.
La iluminación
Los más entendidos prefieren la luz natural al uso de flashes, pues así es más fácil controlar la toma y se añade un plus de realismo.
Intenta que la luz no sea directa, sino que entre de lado para crear volumen y textura en los alimentos.
La composición
Una buena foto gastronómica ha de tener una correcta composición. Aquí la imaginación juega un papel importante, se trata de decidir cuál es el motivo central y añadir (o no) elementos compositivos secundarios.
Por ejemplo, un plato de sopa al que añadimos una cuchara apoyada, o un ingrediente al lado.
Fondos equilibrados
Busca equilibrio, con el color y con el fondo. Si quieres que una manzana o un platillo de sushi resalten, utiliza fondos neutros, blancos o negros.
Otra opción es desenfocar el fondo para borrar elementos de distracción.
Las proporciones
Muy relacionado con la composición. Combina elementos que informen de las proporciones reales del plato, como frutas o semillas.
Enfoque
Decide qué queda en foco y qué desenfocado. Normalmente, el plano enfocado ha de coincidir con el alimento o plato principal.
Otros fotógrafos intentan que todo aparezca enfocado por igual, utilizando tomas de alimentos hechas desde un plano cenital (desde arriba).
Punto de vista
Las tomas a vista de pájaro son muy populares, pero las que mejor funcionan son las que usan ángulos de 45 grados desde arriba, un punto de vista más natural.
Traspasa la realidad
No todo lo que ves en una foto es real. En fotos de comida, los estilistas usan trucos para añadir la ilusión de un alimento apetitoso. Por ejemplo, las gotitas sobre un tomate fresco son de silicona, o el helado cremoso es puré de patatas.
Añade movimiento
Cuando tengas que fotografiar líquidos, es mejor que estén en movimiento. Por ejemplo, cerveza cayendo en una jarra, o una gota de leche. Consíguelo utilizando velocidades de obturación rápida para congelar el movimiento.
Captura el proceso
No te limites a los platos ya terminados, prueba a capturar las manos del chef. Puedes inmortalizar algún momento de la preparación, por ejemplo, metiendo en plano un cuchillo de cocina que corte los ingredientes.
Retoque digital
Las herramientas de procesado digital nos ayudan a ultimar los detalles de toda foto. Desde simples correcciones del balance de blancos, hasta la introducción de elementos infográficos en 3D, cualquier cosa es posible.