El prosecco, el más conocido de los espumosos italianos muchas veces es subestimado aunque de a poco ha venido conquistando las copas del mundo y aquí te contamos por qué vale la pena tenerlo siempre presente:
- Flores. Sus aromas a flores blancas, incluso en los más sofisticados prosecco de cru específico, son frescos, agradables, joviales, le confieren a este vino parte de su personalidad: disfrute directo, inmediato.
- Frutas. Aunque puede haber algún detalle de manzana generalmente dominan los duraznos y melocotones, jugosos, a veces en conserva, golosos.
- Potencial para mezclar. Sea en el famoso y omnipresente Aperol spritz, en una mimosa o con alguna otra combinación que requiera burbujas frescas, el prosecco es una opción estelar.
- Múltiples momentos de disfrute. Muy frío es un aperitivo perfecto, se puede comer desde una selección de embutidos y quesos sin demasiada maduración hasta carnes blancas, pastas y pescados en salsas cremosas y diversos dulces como los de la tradición del Medio Oriente con masa filo, miel y frutos secos.
- Burbujas rosadas. A partir de comienzos de 2021 podrán disfrutarse las primeras etiquetas de Prosecco DOC Rosé tras la aprobación de las autoridades italianas. Este vino podrá ser elaborado con las variedades galera y pinot noir.
- Experiencia. Con su presencia que nos habla de su origen europeo que habla al conocedor pero a la vez con esa frescura que es capaz de seducir a paladares poco experimentados, con ese potencial de aperitivo a la vez que puede llevar un menú desde la entrada al postre, con vinos que van desde los más sencillos y directos a los producidos con uvas de crus específicos, el mundo del prosecco es al mismo tiempo encantador y sofisticado y descorchar una botella es capaz de marcar el carácter de la ocasión.
- Relación calidad/precio. Si consideramos el punto anterior en el contexto del prestigio y la tradición de las burbujas europeas es fácil entender por qué en muchos mercados el prosecco ha pisado fuerte cuando la gente quiere una alternativa al cava o al champagne que aparte ofrece un valor de disfrute e incluso histórico muy por encima de su precio.