También ‘Cuartas Partes’ pueden ser… ¡Excelentes!

película

Luego de haber sido tan popular el dicho “nunca segundas partes fueron buenas”, los hechos lo sustituyeron por “a veces, segundas partes son muy buenas”… Hoy nos enfrentamos al caso de la tercera versión o el tercer ‘remake’ de una película que ha resultado, debido a su calidad, una absoluta sorpresa y todo conduce a pensar que transita su camino hacia un gran éxito. Me refiero a ‘A Star is Born’ (Ha Nacido Una Estrella’), llevada por cuarta vez a la pantalla a través de esta tercera versión de la cinta original dirigida en 1937 por William A. Wellman, basada a su vez en ‘What Price Hollywood?’ (conocida como ‘Hollywood al Desnudo’)… La primera de ellas fue la del director George Cukor en 1954, protagonizada por Judy Garland y James Mason y la segunda (la más popular) ha sido la dirigida por Frank Pierson en 1976, protagonizada por Barbra Streisand y Kris Kristofferson en los dos personajes centrales.

A star is born

Ahora Bradley Cooper, uno de los jóvenes actores más cotizados actualmente en el panorama cinematográfico (además, buen cantante), de 43 años, con 21 años de carrera y 48 películas en su haber, decidió asumir el enorme riesgo de ofrecer un tercer (3er.) remake del film, o sea, su cuarta (4ta.) puesta en escena, la cual se había planteado hace algún tiempo que fuese dirigida por Clint Eastwood y protagonizada por Beyoncé y, finalmente, constituye el debut de Cooper como director, además de haber co-escrito el guión y protagonizarla junto a Lady Gaga, siendo asombrosa la simbiosis de ambos en este emocionante trabajo conjunto.

Esta cuarta película con ese nombre, pero tercer ‘remake’ musical de la misma, es la conocida historia de un músico famoso atrapado por el alcoholismo que, al conocer a una peculiar cantante joven y talentosa, no sólo se enamora de ella, sino, además, de su talento y se propone darla a conocer y hacerla triunfar. Llegan a casarse y a conformar un dúo reconocido por gran cantidad de público gracias a su calidad y gran empatía en escena. Es la típica película sobre ‘auge y caída’, en la cual el amor es detonante y catalizador y las adicciones son el diablo, que tienta y destruye todo ese mundo mágico profesional y personal construido por dos artistas (que en la cinta original de 1937 y en el ‘remake’de 1954 eran actores), crisis que estalla cuando uno de ellos colapsa debido al alcohol, justamente cuando el otro está en la cúspide de su éxito.

Capítulo aparte merece la actuación en esta película: Bradley Cooper y Lady Gaga son dignos de aplauso y reconocimiento por su gran trabajo… Él (Cooper) desarrolla magistralmente el proceso de su deterioro emocional y –sobre todo- físico, a través de una impresionante expresión corporal y metamorfosis en su voz y manera de hablar… Ella (Lady Gaga), está excepcional -no sólo musicalmente hablando, lo cual es de esperarse-, sino, además, como una gran actriz, profunda; natural y a la vez muy intensa, totalmente refugiada bajo la piel de su personaje, identificada a tal grado con él que convence y hasta nos hace sumergirnos en su amor, su entrega, su triunfo, su preocupación, desazón, pasión, angustia… y su dolor… Es vehemente y, frente a mis ojos y mi criterio, brillante en ambas facetas de su actuación (actriz y cantante), todo lo cual tiene un muy importante –decisivo- soporte actoral, musical y de dirección en su pareja del film: Un Bradley Cooper debutante como director en un muy meritorio y exitoso debut.

https://www.youtube.com/watch?v=NecedF2G03Q&feature=youtu.be

Su dirección es muy profesional y acabada. Muy inteligentemente ha fusionado el cariz melodramático de la versión de 1951 con la ambientación ‘rock’ de la película de 1976 y con todos los elementos de actualidad y la frescura que le imprimen la vigencia y el encanto suficientes para captar tanto el interés del público actual como el del anterior. Se añade el mérito de haber elegido un musical para su debut como director (no precisamente uno de los géneros más fáciles) y haber logrado un balance perfecto entre el encanto de lo colectivo y espectacular (el escenario, los conciertos repletos de público) y los aspectos íntimo, personal, individual de sus personajes, sabiendo extraer de ellos toda su esencia y presentándolos no sólo como artistas, sino, además, en toda su dimensión humana, en su intimidad, como seres susceptibles de experimentar toda una gama de emociones… con un muy eficaz apoyo en la fotografía, en los planos directos a sus ojos.

Un acierto en cuanto a guión, dirección, actuación y aspectos técnicos, con una muy bien cuidada banda sonora… Una sorpresa: La revelación de dos debutantes magistrales: Él como director… Ella como actriz principal… Una historia que podría suponerse desgastada por el tiempo o desactualizada y que en manos de ambos no sólo resucita… también se actualiza… interesa… emociona… y merece todos los aplausos… Demostrando que no sólo “segundas partes pueden ser muy buenas”, sino también… ‘Cuartas Partes’ pueden ser… ¡Excelentes!

Moraima Blanco
Analista (MÚSICA y CINE), Productora-Conductora (ANTES, de 'Top Jazz'; AHORA, de 'CINE-SQUEMAS' en Mágica 99.1 FM y 'TOP MOVIES)
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