El diseñador Alber Elbaz nació en Casablanca un 12 de junio de 1961, pero vivió toda su adolescencia y vida adulta en Tel-Aviv por lo que su nacionalidad era Israelí, se formó en el Instituto de Ingeniería y Diseño Shenkar, en Ramat Gan. En 1987 se muda a Nueva York, donde comienza a diseñar vestidos de novia.
Elbaz antes de llegar y hacer historia en Lanvin trabajó en otras grandes casas de moda como Yves Saint Laurent, Guy Larouche y Geoffrey Beene, formándose así en los entornos más delicados de la alta moda y puliendo unas increíbles habilidades que estaban por ver lo mejor.
Pero fue la firma Lanvin quienes tuvieron el honor de ser dirigidos por Elbaz durante una década, en la cual la maisón alcanzó su punto más alto en materia de sofisticación, ya que el diseñador presentaba propuestas impecables con una determinación férrea de transmitir los sueños de las mujeres a prendas que pudieran estar en sus armarios. Una de sus prendas más icónicas y que reinventaría casi siempre: el vestido.
Para el diseñador, el vestido era el perfecto aliado del guardarropa femenino, así que no era de extrañar que actrices de la envergadura de Natalie Portman o Meryl Streep y modelos como Coco Rocha hicieran apariciones públicas luciendo alguna de sus creaciones, porque además en su incansable amor por esta prenda llegó a reinventarla y dejar el legado del tan necesario vestido de coctel.
En el 2015 anunció que abandonaba la dirección creativa de Lanvin después de 14 años de arduo trabajo, el diseñador afirmó: Tras mi salida de Lanvin por decisión de la accionista mayoritaria, me gustaría expresar mi gratitud y buenos deseos para todos aquellos que han trabajado conmigo apasionadamente para revivir Lanvin ‘’durante los últimos 14 años; expresar mi afecto hacia mis maravillosos compañeros que me han acompañado en los talleres, y que apoyaron mi trabajo”.
Luego de este duro golpe Elbaz sintió que no volvería a la moda nunca más ya que según él mismo explicaba, no sentía conexión con las telas, no quería dibujar pero sí le seguían gustando las mujeres, por lo que empezó a dar masterclass en distintas escuelas de diseño, en un intento de entender la moda de hoy en día; pues creía en la democratización de la moda. Le parecía un auténtico disparate que la industria solo considerara a las jóvenes de 18 años talla XS.
Luego de 4 años de silencio, en 2019 presentó una colaboración con la firma de calzado italiana Tod’s y aseguraba: «En un desfile, lo más importante son los zapatos, el peinado de las modelos y la música. No la ropa. Los zapatos siempre han sido muy importantes para mí. Además, ahora puedo permitirme el lujo de hacer solo lo que quiero y con quien quiero».
Esto solo fue un abreboca para lo que vino después, ya que meses después anunciaba que estaba de vuelta en alianza con la firma suiza Richemont (propietario de Cartier, Montblanc, Chloé y las webs Yoox y Net-a-Porter). Creando AZ Fashion, un proyecto basado en sus opiniones sobre cómo debería ser la moda.
El hombre de la entrañable figura y eternas pajaritas presentó antes de morir su primera colección luego de su retiro, en la que se prometía un futuro cargado de sofisticación, vestidos y exquisitas franelas con sus trazos. Pero lastimosamente luego de semanas luchando contra el Covid-19, Elbaz abandona este mundo en París dejando un legado de humildad de carácter y magnificencia en su trabajo.