Año nuevo, ¿closet nuevo?

año nuevo

El año nuevo tiene en su primer mes esa famosa cúspide de alegría de la que los especialistas hablan, que nos lleva a cometer imprudencias de las cuales nos estamos arrepintiendo por el resto del año, y hasta por otros años. Llámese comida, relaciones o ropa, y de ropa es de lo que hablamos aquí.

En el mes de diciembre y entrada de enero, se manejan campañas de marketing bastante agresivas para que compremos y consumamos todo lo que nos pasa por el frente. Las cosas como son, y es que estas estrategias con planificadas a veces hasta con 2 años de antelación, como comentara recientemente la gente de los siempre deliciosos M&M, dejando saber que absolutamente nada es improvisado.

Diciembre y enero son meses donde nuestra economía puede verse comprometida y nuestras tarjetas de crédito pueden sufrir infartos masivos si no controlamos lo que compramos. En Latinoamérica especialmente tenemos la costumbre de estrenar ropa y enseñar a los pequeños de la casa a estrenar en Navidad y demás festividades cercanas. Bonita costumbre, pero si no es llevada de una forma sana, puede hacer mella en nuestros bolsillos y eventualmente en nuestra autoestima.

Siendo adolescente hubo un año que por cosas ajenas a mi voluntad no pude estrenar ropa, y recuerdo amargamente esa nochebuena como una noche donde no pude llevar a cabo esa tradición. De adulta me cuestioné el por qué me llegué a sentir diferente, un poco hasta mal esa noche. Nunca encontré una respuesta que  llenara mis expectativas.

De adulta he pasado festividades deprimida divinamente en pijama, o muy bien ataviada en vestidos hermosos, las he disfrutado ambas, porque supe romper esa presión, de las maravillosas compras, que a veces se nos pueden convertir en algo bastante tóxico.

En enero no solo vienen las masivas inscripciones a los gimnasios, los tratamientos estéticos para quienes andan en esa onda, sino las compras de las ofertas de lo que nadie se llevó de las tiendas (las mejores compras). Mucha gente no está en disposición económica de hacer compras, pero por el qué dirán, por el ego y mil cosas más, se endeudan y se ahogan en gastos nada beneficiosos, comprometiendo su economía.

Nuestros closets por modestos que sean, tienen siempre el poder de transformarse, de sacarle partido una vez más a una pieza y de las formas más inesperadas, aunque no lo creamos, un prendedor, una chaqueta, unos zapatos o hasta el maquillaje cambian totalmente la propuesta y nos harán sentir frescos, renovados y con la actitud correcta triunfaremos con nuestros outfits.

Nuestra ropa tiene poder total y absoluto cuando se trata de la imagen personal, algo que he comentado en este espacio desde el primer día, pero nuestra actitud y el cuidado que le demos a nuestra ropa es la triada perfecta para lucir siempre impecables.

La imagen personal es una fotografía de quiénes somos, de cómo nos sentimos por dentro, y de nuestro mensaje personal al mundo, ¡jamás lo olvides!

¿A lucir siempre bien? Por supuesto, es mi máxima, pero nunca al precio de hacerme sentir mal, o llegar a la bancarrota. Nunca lo vale.

¡Hasta la próxima!

Jennifer Barreto-Leyva
1st. Latina + size model, Beauty Queen & Size advocate worldwide | TV/radio host | Editor in Chief of @BellezaXL |Celebrity blogger in Huffington Post
TendencyBook