La bien llamada Ciudad del Sol me recibió con un astro sol esplendoroso, brillante y hasta picante, uno que otro día de lluvias fuertes y sorpresivas, y unas noches frías de fuerte brisa. La capital de Latinoamérica en los Estados Unidos —porque sí, Miami es más nuestra, al menos culturalmente hablando, que del gran coloso del norte—, es hoy día una urbe vibrante, moderna, altiva y también cercana, siempre colorida, que hace mucho rato dejó atrás esa percepción de localidad de descanso para jubilados. Aunque hay cosas que no han cambiado. Miami sigue siendo una ciudad sexy, seductora, basta darse un paseo por Miami Beach para admirar cuerpos esculturales por doquier, moldeados centímetro a centímetro en el gimnasio y también, hay que decirlo, en los quirófanos.
Lo que más me gusta de lo poco que he recorrido hasta ahora, es ese esfuerzo visible por hacer de Miami una ciudad amigable que, si se dispone del tiempo suficiente, puede recorrerse un poco a pie y otro tanto en Metromover o en los pintorescos trolleys, al menos algunas zonas como el Dowtown para luego darse una rodadita por Brickell, Key Biscaine, Wynwood, el Miami Desing Distric o la Pequeña Habana con su emblemática Calle 8.
“La poesía de la música y el diseño” fue un concierto homenaje dedicado a finales de febrero a la arquitecta iraquí Zaha Hadid, gran amiga del Maestro, quién falleció hace dos años. La presentación tuvo lugar en el edificio Moore, joya histórica construida en 1921 en lo que hoy es el Miami Design Distric, que acoge la deslumbrante instalación Elástika, autoría de la ganadora del Premio Pritzker.
Otra presentación memorable tuvo lugar en el Adrienne Arsht Center. Bajo el nombre Miami Pops se llevó a cabo una verdadera fiesta sinfónica de música pop. El repertorio, con piezas de Emilio Estefan, Rudy Pérez, Liszt, Piazzolla, Benson, Carlos Gardel y Puccini, entre otros, fue interpretado por jóvenes talentos entre los que destacó el tenor puertorriqueño Víctor Espinola. Mención especial para el maestro del jazz Ed Calle. El rap corrió por cuenta de la agrupación FIN! FAN! FOOM. Gianfranco Berardinelli, Rocío Higuera, Harry Levi, Giovanni Scutaro, Rosalinda Serfaty y Luis Chataing estuvieron entre el público. Yo tuve la grata compañía de Mariahe Pabón, entrevistadora de postín, sin duda una de las grandes plumas del periodismo venezolano.
Mucho reggae y otros ritmos tropicales sonaron en Wynwood, barrio histórico ubicado al norte de Miami que hoy luce remozado gracias a que muchas de sus paredes fueron convertidas en obras de arte callejero. Sus calles están llenas de pequeñas boutiques y tiendas especializadas en arte, muebles y artículos para el hogar. En esta zona de la ciudad, que cada día cobra más vida, tuvo lugar el 16 de marzo un aplaudido concierto de la agrupación venezolana Rawayana junto a la banda puertorriqueña Cultura Profética. El lleno fue total.
Será hasta nueva entrega. Los invito a seguirme en Instagram: @asisevivemiami y @alejoceledon.