Caracas, una ciudad y seis visiones

Cuando hablas de Caracas una gran cantidad de imágenes cinestésicas invaden tu mente, los olores de los fogones, el colorido sobrevuelo de las guacamayas y sus andanzas, los atardeceres de aires impresionistas, el bullicio citadino, los sabores del trópico, las obras arquitectónicas que atestiguan la existencia de un pensamiento de vanguardia con el Ávila de fondo, como eterno testigo omnisciente de cada una de nuestras vivencias. Hoy, al arribar a 450 años de su fundación, quisimos rendirle tributo a Santiago de León de Caracas, la Capital Federal de Venezuela, cuyo nombre proviene de la tribu que habitaba uno de los valles costeros contiguos a la actual ciudad por el norte, a través de los ojos de seis venezolanos distinguidos, en áreas tan elocuentes que comprenden el periodismo, las Bellas Artes, la publicidad,  la gastronomía y las finanzas.  Sondeamos sus vivencias, percepciones y anhelos entrañados hacia la urbe que los vio crecer.

 

Desde las pinceladas de Manuel Cabré, las proyecciones de Carlos Raúl Villanueva, el vaivén del teleférico que se impone desde las alturas más grandiosas del Valle de Caracas, el exquisito glamour de antaño y las concurridas visitas de Monsieur Christian Dior a la metrópoli de la moda latinoamericana. La diseñadora de joyas y artista innata, Titina Penzini, nos cuenta que definirla es una cuestión de gran dificultad. “No puedo definirla en una sola palabra, Caracas es una ciudad fuerte, decidida, culta, exuberante, caótica, peligrosa, a veces sometida y siempre victoriosa”. Desde niña atesora con sumo cuidado las memorias de sus antepasados, las tardes de tertulias gloriosas que atestiguan momentos claves en la historia contemporánea de la Tierra de Gracia, llamada Venezuela.

Son tantos los recuerdos maravillosos que tengo de mi ciudad, Caracas, que es muy difícil escribir acerca de uno solo, pero entre los más importantes, están los almuerzos de todos los domingos en la casa de mis adorados abuelos, Leopoldo López Ortega y Edith Gil Santana de López (Tití y Yiyita). Todos los nietos nos reuníamos a escuchar las charlas de historia que nuestro abuelo preparaba durante el sábado, para llenarnos de conocimiento y curiosidad, unas veces hablaba de la Revolución Francesa, la Segunda Guerra Mundial, y otras del bisabuelo Eudoro López, quien, fue un férreo opositor del General Gómez y terminó preso en el Castillo de Puerto Cabello con grilletes en los tobillos”, relató.

¿Qué es lo que más añoras de esos domingos?

Esos domingos en San Bernardino eran increíbles siempre en torno a una mesa con platos elaborados por nuestra abuela. Una mujer increíble que era toda una experta cocinera. Nos hacía pastel de polvorosa, hervido de gallina, el pollo de los domingos, para el postre preparaba su natilla, la marquesa de Yiyita, la negra en camisa, sus tartas de guayaba o la torta helada, de allí salieron con la pasión por la cocina varios nietos como: Clarisa mi hermana y Adriana mi prima, que hoy en día tiene sus restaurantes en Brooklyn y San Francisco. Domingos memorables con grandes debates políticos entre mi mamá, mi tío Leopoldo, mi tía Antonieta y mi papá”, nos detalló Titina.

Una memoria gastronómica que también añora su hermano Pedro Penzini López, reconocido economista, locutor, entrevistador y hasta Dj venezolano, quien afirmó que los sabores de Caracas son parte de su crianza. “De los grandes placeres culinarios que mejor definen mi ciudad no puedo dejar a un lado las hallacas, un cachito, un hervido, una negra en camisa, polvorosa de pollo, queso de bola relleno, torta María Luisa de Capitas y todo el recetario de Don Armando Scannone”.

En sus propias palabras definió a Caracas como la ciudad más acogedora del mundo por su clima, su gente abierta, educada, decente y amable. Siempre dispuesta a recibir a personas de todas partes del mundo con el corazón abierto.

Al preguntarle cuál es la reminiscencia más memorable que le ha dejado la capital, Pedro no titubea en responder que todos sus recuerdos giran alrededor de Caracas. “Viví algunos años fuera del país y el recuerdo más memorable fue regresar a mi bella ciudad. Volver a ver el imponente y protector Ávila todos los días de mi vida. Doy gracias a Dios por ese gran privilegio. Agradezco a Caracas el haber nacido y seguir viviendo aquí, lo amable y el buen sentido del humor caraqueño, la luz decembrina, y el recuerdo de otra época en que éramos felices y no lo sabíamos”.

Titina interrumpe a su hermano con una sonrisa explayada y agrega que agradece en sobremanera al lugar que la vio crecer. “Mi familia siempre ha trabajado por un mejor país, agradezco por tener un legado cultura local, esa maravilla que tiene la ciudad pese a las circunstancias que vivimos: exposiciones magníficas de arte, fotografía, el teatro, la música, el sistema de orquestas, una gastronomía increíble, gracias a talentosos chefs que se las han ingeniado para crear dentro del caos. Le agradezco por tantos amigos que me han acompañado en las diferentes etapas de mi vida como Boris Izaguirre, Carlos Mota, Margarita Zingg, Los Leret, Ramón Pasquier, entre tantos otros admirables caraqueños que aman la ciudad. Le agradezco a Caracas por su magnífico clima, que me regala esos apamates floridos, los araguaneyes vibrantes, los jardines tropicales y ese verde de tantas tonalidades que llenan el espíritu de verde esperanza e inspiración”, sostuvo.

La ciudad de lo posible

Mayte Navarro, una de las plumas más audaces y conocedora insigne de la historia caraqueña definió a “la Sultana del Ávila” como una mujer salvaje. “Al detallarla, tiene rasgos bellos, pero su carácter indomable la convierte en peligrosa. Pero también hay una cierta ingenuidad que lo consigues en lo naif de ciertas zonas. Su bipolaridad se hace presente cuando paseas por la Cota Mil y rozas la falda de El Ávila, y luego te trasladas hasta el sur la Cota 905. La primera te llena de orgullo, de satisfacción, te hace soñar y hasta se te olvidan las penas. La otra cota, te agrede, despierta el deseo de emprender la huida lo más pronto posible y te llena de desesperanza. Es una madre solitaria porque si bien muchos de sus hijos la han amado y luchado por hacer de ella cosmopolita y desarrollada, el poder y la ambición la han destruido. Alí Babá y los 40 ladrones no han tenido compasión con mi Caracas”.

Confiesa que el haber nacido y vivido toda su existencia en esta urbe la vincula a más de un momento memorable. “El haber visto grandes cantantes de ópera, incluso sin que fueran muy famosos todavía. Haber conocido a Mstislav Leopóldovich Rostropóvich, uno de los grandes violoncelistas del siglo XX. Tener a solo un metro de distancia a Audrey Hepburn, cuando ella era toda una celebridad y embajadora de la Unesco. Culminar mis estudios universitarios también fue un momento memorable, debido a que me convirtió en una ucabista militante. Y el haber conocido Villa Planchart de la mano de su dueña, Anala Braun de Planchart”, agregó.

Para la periodista Shia Bertoni su relación con el lugar que acogió sus sueños en aquellos años, donde venía a la capital para formarse académicamente, ha sido vital para su profesión.  “Caracas siempre olió a oportunidades, a posibilidad y a mundo. Fue el lugar para lograr mis sueños”. Aunque no nació en la capital, se vino a los 15 años de edad, a fin de concretar esas quimeras con estudios. Sostiene que este valle rodeado de montañas, clima insuperable y oxígeno puro, la atrapa por el halo que la hace distinta al resto de las metrópolis. “La mayoría de sus habitantes no nacieron aquí y esa mezcla especial la fortalece. Espero no tener que suscribir lo que decía Gabriel García Márquez, quien en su Memoria feliz de Caracas escribió que: una de las hermosas frustraciones de mi vida es no haberme quedado a vivir para siempre en esa ciudad infernal. Hasta Gabriel García Márquez se enamoró de Caracas”, afirma la también locutora.

Ante la interrogante ¿qué le regalarías?, la conductora de un “Un Café con Shia Bertoni” sostuvo con firmeza. “Le regalaría borrón y cuenta nueva y más buenos ciudadanos. Sin duda, ciudadanía activa”.

En medio de la tertulia, el publicista Antonio Vasco comenta que Caracas es caóticamente encantadora y única al considerarla una capital de vanguardia detenida en el tiempo. Con firmeza puntualiza que “pronto le quitaremos la pausa y le daremos play». Desde sus añoranzas más sentidas relata que su infancia estuvo llena de paseos por Sabana Grande, montadas en triciclo por la Plaza Bolívar, subidas al Ávila, largas noches de caminatas por el centro durante los festivales de teatro y conciertos en el Poliedro. Una de las memorias más importantes para mí fue cuando vino su Santidad, el Papa Juan Pablo II, en el año 1985, durante el Encuentro con la Juventud en el Estadio Universitario, ese día, su clima y su cielo nos brindaron un carnaval de colores y sensaciones, desde que amaneció hasta que el sol se escondió”.

 Y, ¿qué le agradeces?

 Cada día haber nacido en ella, eso es lo primero. Sus cambiantes paisajes con infinitas paletas de colores, que van desde los verdes más intensos, combinados con azules, naranjas, malvas y amarillos. Los innumerables detalles que te regala día a día, como las guacamayas, garzas, loros, árboles floridos y llenos de frutas que te tocan el alma de una manera tan sutil, y te conectan inmediatamente con tu interior, admirando la grandeza de la vida. Le agradezco su tierra fértil bendecida por el creador. Es admirable su capacidad de reinvención, de adaptación, de mostrar siempre, pese a los malos momentos, su lado más hermoso y volverte a enamorar, siempre generosa.

Por su parte, la animadora y periodista Ana Alicia Alba comparte la visión de Shia, al llamar a la metrópoli, un lugar donde los sueños pueden hacerse realidad. “No soy capitalina, así que recuerdo a la perfección cada visita que le hice cuando niña, cada helado que me comí, o cada paseo en metro. Su clima frío tan distinto a mi tierra de origen, y esa imponente montaña que mi papá me dijo que se llamaba El Ávila».

De sus vacaciones nos comparte que se perdió en la jungla de concreto, de esa experiencia evoca que en su inocencia ni siquiera se asustó. “Era una aventura más en aquella ciudad donde yo quería vivir. Afortunadamente me encontraron. Cuando tuve oportunidad de mudarme, y finalmente formar parte de ella, fue una felicidad extrema. Uno la ama, con sus defectos y virtudes”. Entre sus mayores hallazgos arquitectónicos revive su primer encuentro con el Poliedro como algo que jamás podrá olvidar. A los siete años de edad la llevaron a ver el espectáculo “Peter Pan On Ice” de la franquicia de dibujos animados Disney. Recuerda que, al regresar a su casa en Barinas, pasó semanas colocando jabón en el piso, para simular que patinaba como los personajes del espectáculo.

Al crecer y convertirse en una figura pública, Ana Alicia, le agradece todas las oportunidades que le dio de crecer profesionalmente. “En Caracas comencé a cumplir el sueño de mi vida que era trabajar en televisión y luego en la radio. -Me gradué, conocí a tantas personas extraordinarias, incluido mi amado esposo. Así que Caracas y yo, siempre fuimos y seremos, un buen equipo”, concluye.

Y qué le regalarías a Caracas

“Le regalaría a Caracas su libertad, le regalaría un nuevo gobierno de gente decente y con principios, le regalaría seguridad para sus habitantes, le regalaría salud con muchos hospitales que funcionen para sus ciudadanos, le regalaría educación para tantos caraqueños que se ven privados de este derecho fundamental y por sobre todas las cosas le regaría paz que tanto necesitamos para vivir, trabajar y sacar a Venezuela adelante”. @TitinaPenzini

“Que vuelva a ser como era cuando se podía caminar sin miedo a ser atracado, y que recupere su magia”. @PedroPenzini

 

“Unos habitantes como los suizos y unos gobernantes que tuvieran el ímpetu de Rudolph Giuliani, la estética de Miguel Ángel, la inteligencia de Leonardo Da Vinci y la cultura de Mario Vargas Llosa”. @Maynav

 

“Todo lo que se merece, la mejor energía y una ciudadanía activa”. @ShiaBertoni

 

“Le regalaría orden, limpieza, seguridad, servicios, patrimonio.  Más habitantes que la amen y respeten, cual nieto que cuida a su abuela. Le regalaría eternidad y su verdadera posición como ciudad en el mundo, una ciudad así debe existir por siempre y ser admirada por todos”. @AntonioVascoC

“Nuevos jefes, gente que la quiera y la valore; que la cuiden como se merece, que la hagan renacer. Y que esos nuevos jefes sean el ejemplo de los ciudadanos que quizás también han olvidado ese sentir”.  @AnaAliciaAlba

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