El cat eye es el maquillaje más utilizado por todas las mujeres y algunos hombres alrededor del mundo. Quizás su éxito se deba a que va bien sin importar el tipo de rostro, vestimenta, raza o talla. Algo que lo caracteriza es que su fuerte personalidad radica en la sensualidad felina que solo la gracilidad puede dar. Hoy vamos a conocer su historia.
El origen de esta técnica de maquillaje se remonta a la civilización egipcia, quizás por imitar a sus adorados símbolos gatunos mujeres como Nefertiti y posteriormente Cleopatra utilizaban pigmentos minerales de cobre y malaquita, para trazar una línea gruesa de terminación ascendente y que iniciaba un poco más allá del lagrimal; muchas veces se añadía una línea pequeña y paralela a la ceja. Lo curioso de este cat eye es que era utilizado por mujeres y hombres, un ejemplo de ello era el faraón Seti I.
La cofundadora del Museo del Maquillaje, la historiadora Doreen Bloch asegura que los pigmentos minerales y el kohl se utilizaban por razones médicas. Según explicó: “El kohl tiene propiedades inmunológicas y antibacterianas, así que tiene todo el sentido del mundo que se lo aplicaran alrededor del ojo para cuidar de su salud visual y minimizar el impacto de los rayos de sol; además, los egipcios se hacían la raya del ojo sobre todo por motivos de salud, especialmente aquellos de clase pudiente”.
Algunas muestras de maquillaje egipcio expuestas en el museo Louvre contienen óxido nítrico, dicha sustancia ayuda a revitalizar al sistema inmunológico del organismo, y el que optaran por un delineado felino parece indicar que lo hacían para ahuyentar a los espíritus malignos y junto al kohl protegía del mal de ojo. La otra cofundadora del museo, Rachel Goodwin, añadió: “Eso sí, como tantísimas otras cosas, al final el cat eye se convirtió en un símbolo de estatus social y en un ideal de belleza para hombres y mujeres de todas las clases sociales”.
Unos siglos más tarde, en los años veinte Josephine Baker en sus actuaciones impuso el delineado que utilizamos hoy en día. Otras actrices como Louis Brooks y Greta Nissen aparecieron en las alfombras rojas luciendo un ojo felino acompañado de abundantes pestañas postizas y cejas muy perfiladas ¿te suena familiar?
Pero, ¿cómo se desempolva un maquillaje tan antiguo? La respuesta se esconde en los sarcófagos y descubrimientos provenientes del Antiguo Egipto, entre ellos el busto de Nefertiti, luego películas como Cleopatra de 1917 y el mayor acceso a los cosméticos hicieron del eyeliner el más popular de los productos. Para esta década el cat eye le daba a la mujer un aura exótica, misteriosa y dramática que combinaba con el estilo flapper de las jóvenes de la época.
Tres décadas más tarde durante los cincuenta y sesenta se vuelve a imponer como icono del estilo, solo que esta vez no vendría con una carga tan dramática, Por ejemplo, Hedy Lamarr utilizaba una delgada línea en el ojo durante sus actuaciones y su día a día.
Los años cincuenta fueron testigos del gran salto de la industria cosmética, ya la producción era masiva al igual que las ventas. Es aquí cuando nace el eyeliner líquido; maquilladores como Max Factor o Ben Nye hicieron una nueva era en el mundo del maquillaje al poner la icónica raya a Audrey Hepburn, Marilyn Monroe y Ava Gardner.
Sophia Loren por otro lado cautivó al público italiano con su propia versión que iba acompañada de gruesas pestañas postizas y sombras marrones o azules y que te hacían soñar con ojos grandes y expresivos además de cautivadores y sensuales. En Londres la súper modelo Twiggy le dio su propio giro con una raya más recta y unas pestañas inferiores de plumas que no pasaban desapercibidas.
Además, no podemos olvidar a una icónica Elizabeth Taylor interpretando a Cleopatra en 1963; con esta aparición en la pantalla grande el maquillaje se volvió incluso más influyente en las mujeres que querían verse y sentirse bonitas.
Para los setenta y ochenta el cat eye vuelve de la mano de las tribus urbanas de la época como los punks, goths y los grunge. Debbie Harry vocalista del grupo Blondie era ícono de este maquillaje, su versión era cuidadosamente asimétrica y poco precisa causando una verdadera revolución entre las más jóvenes y desenfadadas.
Pero no solo mujeres como Debbie apostaron a esta tendencia sino, que hombres como David Bowie decidieron romper los esquemas de la época (nos sigue sonando familiar) utilizando un cat eye clásico mezclando colores y pestañas llamativas. Bowie afirmó para la revista Rolling Stone lo siguiente: “Siempre he tenido una necesidad palpitante de hacer algo que trascienda al propio ser humano” así que hacía traer kohl desde la India para marcarse sus tan icónicos estilos.
El 2000 le abre las puertas a un estilo marcado y dramático que solo alguien como Amy Winehouse podía llevar, su línea era muy gruesa y una curva que casi roza las cejas, reinventando un clásico en una línea que llevaría su apellido. Gwen Stefani y la vedette Dita Von Teese decidieron que homenajear a los clásicos era la opción ideal para sus estilismos, el cat eye se volvería a ver redefinido.
Para las mujeres de hoy en día el cat eye se ha vuelto a redefinir, esta vez dejando de lado el clásico color negro para darle la oportunidad a colores vivaces y contrastantes como el azul cobalto, el rojo e incluso el amarillo. Además, no solo se limita a una aplicación recta y uniforme con acabado ascendente sino que se va construyendo a partir de puntos que terminarán por formar tan icónica raya.
También hoy por hoy el cat eye no es un símbolo de estatus como para los egipcios sino que es un elemento versátil que se pasea por lo clásico hasta tribus y reivindicaciones sociales y de género, convirtiéndolo tal vez en la herramienta básica del estilo por excelencia.
¿Tú también eres amante del cat eye?