El periodismo juega un rol importante en la sociedad, pues la información es fundamental para todo grupo de personas, pero qué pasa cuando esta información es peligrosa; ¿debe el periodista callar, o igual debe cumplir con su trabajo? Casos como estos se han llevado al cine, muchas veces adaptados de historias reales, otras veces de manera ficticia, pero siempre reflejando el valor de la información y del informante para el mundo. Estas son algunas de las mejores películas que demuestran el valor de informar.
Spotlight: también conocida como En Primera Plana, es un film que ganó el premio Oscar en su categoría más importante, debido a la interesante historia que en ella se plasmó. La película narra la historia de cómo el equipo de reporteros de investigación del Boston Globe destapó los casos de pederastia, es decir abuso infantil, que se llevaron a cabo durante décadas por curas católicos de Massachusetts y que la Arquidiócesis de Boston intentó ocultar, sacudiendo a la iglesia católica de los Estados Unidos y del mundo. El mensaje en ella no fue el abuso de la iglesia católica, fue el poder del periodismo que logró desenmascarar a la iglesia años después de que pasaran los hechos.
Resalta en la película el elenco, que fue aclamado por la crítica, pues cada uno de los actores logró una interpretación perfecta de cada periodista de la sala de redacción que realizó la investigación. El Vaticano la calificó como «honesta» y «convincente» y dijo que ayudó a la Iglesia católica en EE.UU. «a aceptar plenamente el pecado, admitirlo públicamente, y pagar todas las consecuencias». La película ha recibido más de 100 premios y nominaciones de críticos de la industria.
The Post: En ella se cuenta cómo un encubrimiento, que abarcó a cuatro presidentes de los Estados Unidos, empujó a la primera directora mujer de un diario de ese país, Katharine Graham, de The Washington Post, y a su editor jefe, Ben Bradlee, a participar en una batalla sin precedentes entre periodistas y el gobierno con la publicación de los Papeles del Pentágono, estos contenían la historia de la implicación de Estados Unidos en Vietnam entre los años 1945 y 1967. Demostraban, entre otras cosas, que la administración Johnson había mentido sistemáticamente, no sólo al público sino también al Congreso, sobre un tema de interés nacional trascendente e importante.
Estos documentos llegaron de manos de un funcionario del pentágono a manos de los reporteros de The New York Times y el Washington Post, los cuales fueron demandados por el gobierno y resultaron triunfadores sobre ellos. Este film también fue aclamado por la crítica y los medios pues dejó saber al mundo que a pesar de luchar contra uno de los gobiernos más fuertes del mundo, los periodistas deben cumplir su labor de informar.
Todos los hombres del presidente: relata la historia de la investigación de periodismo que condujo al famoso escándalo de «Watergate«, que obligó a Richard Nixon a dimitir como presidente de los Estados Unidos. Los periodistas del Washington Post, Carl Bernstein y Bob Woodward investigan un asunto de carácter político que aparentemente tiene poca importancia. Al ver que renombrados abogados están trabajando en el caso, se dan cuenta de que detrás de todo ello puede haber algo mucho más importante. Intensifican sus averiguaciones siguiendo todas las pistas que se van abriendo ante ellos, hasta que consiguen la colaboración de un confidente. Al final destapan un asunto sucio que implica a la Casa Blanca, y con ello al mismo presidente de la nación.
En ella se refleja claramente cómo dos periodistas que investigan destapan los hechos que posteriormente acabarían con el mandato de un presidente que estuvo metido en muchos escándalos e intentó ocultarlos, sin tener éxito.
Estas tres películas basadas en hechos reales de la cultura americana, demuestran el gran valor de la información y la verdad y que años después de que ocurren los hechos aun así es importante que el periodismo haga que el mundo sepa la verdad, más cuando la verdad viene de quienes tienen poder.
