7 claves para el maridaje con cocteles

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¿Comer con un mojito o un cosmopolitan? Claro que se puede y con estas claves podrás disfrutar de combinaciones exquisitas e inolvidables de comidas con cocteles:

  1. Usa la lógica. No es necesario ser un mixólogo profesional para crear armonías excitantes, basta con pensar en asociaciones de sabor a las que estamos acostumbrados. Por ejemplo, si el plato tiene aceite de oliva, algo de limón iría bien en el cóctel mientras una salsa de mantequilla o crema podría ir bien con algo de vainilla.
  2. Compara y contrasta. Al igual que con el vino, la armonía puede producirse por afinidad o por contraste. Por ejemplo, en el caso de las carnes asadas los tragos con whisky con fuerte carácter ahumado son perfectos por la similaridad de sabores mientras que platos muy especiados o picantes pueden favorecerse con cocteles refrescantes como un mojito de pepino y patilla (sandía) que generaría un contraste interesante.
  3. Añade hierbas. Si ya sabes que tragos como el Mint julep o el Mojito son deliciosos, ¿por qué no seguir explorando con hierbas? No importa si la combinación es para añadir una capa adicional de sabor como la salvia con el tequila o la ginebra con el romero que funcionan muy bien o si son un adorno que aporta un elemento estético y levemente aromático, las hierbas pueden ser el toque que vincule tu plato y tu trago.
  4. Piensa en cooperación, no en competencia. ¿Qué pasa si sirves un coctel de whisky con ostras crudas? Que el trago se robará el show y acabará con la exquisita delicadeza de las otras. En cambio, si el mismo trago lo sirves con un sándwich de carne asada sería un complemento perfecto.
  5. No exageres con el alcohol. Los cocteles más encantadores tienen bastante menos alcohol que lo que la gente puede creer. Cuando un destilado u otro licor se mezcla con un jugo (zumo) cítrico o jarabe de dulce y luego se le añade hielo, el alcohol puede bajar a apenas un 20% de lo que tenía la bebida original, es decir, lo que puede tener un vino. ¿Que hay cocteles alcohólicos? Sin duda, pero son sólo algunos y sirven para los platos de sabor más intenso.
  6. Aparte del sabor y aroma considera el cuerpo y la textura. Recuerda que el jugo de tomate tiene una sensación en boca diferente al jugo de manzana o al agua tónica y ese elemento debe ser tomado en consideración. Por ejemplo, con algunos platos, en particular postres, de un importante nivel de cremosidad y untuosidad necesitas un trago que aporte lo mismo.
  7. Ten mente abierta. Recuerda que lo que se busca es el placer así que cuando tienes un postre muy dulce: ¿por qué no intentar con tragos que tengan un toque ácido con destilados como cognac o whisky? Por su parte, cuando hay acidez en el plato, como cuando las frutas son ingredientes, podrían utilizarse toques dulzones en el trago, así como hay que tomar en cuenta la utilidad de ingredientes como la sal que pueden aportar un carácter mineral. Puede que al principio haya una etapa de ensayo y error pero incluso cuando tengas algún tropiezo aprenderás sobre el maravilloso mundo de las combinación de bebidas y alimentos y reforzarás la convicción de que es necesario evitar los prejuicios. (vía Epicurious)
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