La ansiedad es un problema que nos afecta cada vez más, a veces olvidamos que es solo una emoción más entre tantas y el cómo la experimentamos va a depender de nosotros en cierta manera.
Si bien es cierto que es una de las sensaciones más desagradables que podamos sentir, es posible hacer algo por minimizar sus síntomas y evitar que se convierta en un trastorno psicológico. Para poder afrontarla debemos entender cómo funciona y cómo gestionarla de manera eficaz e inteligente.
¿Qué es la ansiedad?
Es una emoción que nos coloca en estado de alerta ante un peligro inminente, gracias a este sistema que tiene nuestro cerebro es que nuestra especie ha logrado llegar al día de hoy y evolucionar, así que, experimentarla no está tan mal después de todo mientras cumpla su función, el problema es cuando se sale de control.
En esta etapa nos encontramos incapacitados para tomar decisiones o afrontar el «peligro», en este punto se convierte en un trastorno psicológico que no solo afecta nuestra mente sino que repercute en el buen funcionamiento de nuestro cuerpo.
Procesos de la ansiedad
Cualquier cosa puede detonar un episodio de ansiedad, pero tiene un mecanismo básico de funcionamiento:
- Aparición del estímulo: este estímulo siempre es interno, porque la ansiedad hace referencia a hechos que no están en el presente. Un ejemplo es la proyección de futuro, interpretaciones de la realidad externa o interna.
- Elemento amenazador: este estímulo va directo a la sección de comparación con vivencias anteriores, así que busca un elemento amenazador para etiquetar como peligroso y con alta probabilidad de ocurrencia.
- Desencadenamiento de la sintomatología: estos se subdividen en físicos, en esta etapa se presentan palpitaciones, sudoración, sensación de ahogo, vista nublada, mareo, tensión muscular, sequedad en la boca; por su parte, en el aspecto psicológico se llega a experimentar pensamientos catastróficos, bloqueos, confusión, dificultad para conciliar el sueño, ganas de llorar.
¿Cómo podemos gestionar la ansiedad?
Muchos recurren a la música, la comida y el consumo de fármacos; pero lo cierto es que estudios recientes han demostrado que los ejercicios de respiración y las meditaciones mindfulness son de gran ayuda a corto y largo plazo.
Técnicas para controlar la ansiedad
Es importante entender que meditar no es dejar de tener pensamientos o dejar la mente en blanco, sino aprender a ir más allá de la mente consciente y conectar con el inconsciente. Para empezar tus meditaciones o respiraciones conscientes, solo debes tener en cuenta lo siguiente:
- Elige un lugar tranquilo.
- Relaja tu cuerpo.
- Respira de manera consciente hasta llenar tus pulmones y exhala a tu ritmo pero con calma.
- Opcionalmente puedes elegir un mantra.
A veces es bueno tener una guía que nos ayude a mantenernos en el aquí y el ahora.