El arte inmaterial, percibimos sin poder tocar

El arte inmaterial, percibimos sin poder tocar

 Últimamente las noticias han estado plagadas de controversias alrededor del arte, obras como las de una banana pegada a un cuadro y vendida por miles de dólares han desatado la admiración de algunos y la indignación de otros. Así que estuvimos investigando y nos encontramos con el arte inmaterial una manera de hacer arte que nos permite percibirlo pero sin poder tocarlo.

¿Qué es el arte inmaterial?

Como dijimos al inicio es aquel que el espectador puede ver pero sin tener la opción de palparlo, las obras que resultan de ello parten de un soporte físico pero que se fundamentan en materiales intangibles como el sonido o la luz.

Esta manera de crear nació a principios del siglo XXI de la mano de artistas como Stephen Knapp, estos creadores parecen pintar con luz y consiguen que sus trabajos tengan un plus de curiosidad extraordinaria que nos recuerda a los cuadros abstractos y esculturas figurativas.

¿Este arte tiene salida comercial?

Lo cierto es que no es muy fácil de vender pero existen casos como el  del artista plástico Salvatore Garau de Cerdeña quien tiene 67 años de edad y vendió el pasado mes una escultura inmaterial por 15.000 euros en una subasta.

El título de la obra es Io sono (Yo soy), lo cierto es que al contrario de su nombre la escultura no tiene nada. O si, y existe en la mente y en las intenciones del artista que logró elevar la nada a arte con solo pensarlo.

También presentó en Nueva York otra obra invisible, para ello contó con la colaboración del Instituto de Cultura Italiano. Esta obra se titula ‘Afrodita Piage’ (Afrodita llora). En dicha obra se puede ver solo un círculo dibujado en el suelo donde se supone que la escultura inmaterial reposa.

A quienes dentro del mundo del arte (y fuera de él) les parece un auténtico despropósito por no mostrar absolutamente nada, muchos aseguran que eso no es arte sino una locura. ¿Qué opinas tú?

Alexandra Hidalgo
Disfruto del orden que habita en el caos de ahí mi amor por la moda, la fotografía, los libros y mis peleas con lo absurdo.
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