Cuando se habla de las pasarelas de LFW (London Fashion Week) lo que todos esperan es un estallido de color, irreverencia, exuberancia e incluso experimentación. Pero las propuestas expuestas no nos han dado precisamente eso.
La tendencia al romanticismo es lo que hemos venido viendo desde hace un par de años. Ha sido un gran contrapeso para el athleisure y una precursora del neo-romanticismo que ha conseguido que los detalles más femeninos sigan estando a la vanguardia de todos los estilos, no importa cuán osados sean, elementos como los lazos, las flores, el volumen y el tul son algunos de ellos, que lejos de resultar cursis se han convertido en sinónimo de fuerza y sofisticación dejando a un público sediento de más.
Es cierto que este año las propuestas fueron más recatadas pero no por ello carecen de audacia; sin embargo, podemos estar en presencia de una toma de camino quizás un poco más alternativo, retomando los años más atrevidos y rompedores de la moda. Quien dio el gran paso fue la diseñadora británica Goddard ya que su firma alcanzó el punto de “viral” debido a que algunas celebridades quedaron envueltas en muchos metros de tul.
La diseñadora reveló para Vogue lo siguiente: “Normalmente, cuanto más grande es un vestido —sobre todo los de tul—, más disfruto el proceso. Una parte del diseño que me encanta es la de crear volumen”, días antes de la presentación de treinta y tres piezas de las cuales ocho tuvieron la suerte de ser confeccionados en este maravilloso material. Las piezas restantes se componen de jerséis de punto grueso, lanas de rayas de colores y pantalones de sastre.
Por otro lado, la directora creativa de Temperley London, Alice Temperley ha descrito su colección como práctica. Mostró cárdigans de punto níveo, abrigos largos y trajes de chaqueta con una onda setentera. Es una colección que escaló al universo boho gracias a su funcionabilidad pero con mucho contenido de la música de estudio e inspiración en Glastonbury.
Firmas como Tiger of Sweden y Palmer Hardings se fueron por el minimalismo constatando que la moda es solo un reflejo de los momentos socioculturales que viva el mundo.
Seguiremos viendo cómo termina de avanzar la coyuntura mundial para averiguar qué sorpresas nos dan las grandes pasarelas de LFW y del mundo.