Para nadie es un secreto que nuestra salud depende de una serie de vitaminas y minerales, hoy te vamos a contar por qué el óxido de zinc es un complemento indispensable para la salud de nuestra piel y cabello.
Para empezar, debemos saber que el zinc es un emoliente protector y astringente de la piel. Suele estar indicado para quemaduras leves, raspones, sedantes para el ardor tras una larga exposición al sol o quemada, el prurito en eccemas, eritrodermias o la rozadura del pañal.
Suele ser muy utilizada como componente cosmético y productos de cuidado personal. Es normal encontrarlo en el maquillaje, cremas de pañales, productos de cuidado de uñas, jabones de baño y talcos. Pero sin duda, uno de los productos en los que más se utiliza es en protectores solares.
El zinc ayuda a reparar los daños que se producen en los tejidos de la piel ayudando al proceso de curación de heridas; hay estudios que sugieren que puede ser muy eficaz en el tratamiento de las irritaciones y las lesiones tópicas, como el acné, llagas en la piel y heridas menores.
¿Cómo beneficia el zinc a nuestra piel?
- Por vía tópica y tomado vía oral, tiene cierto potencial en la prevención y alivio de la inflamación y cicatrización asociada al acné. El zinc ayuda a reducir la cantidad de aceite natural que se produce en la piel, al igual que ayuda a reparar la piel dañada que se produce alrededor de la lesión del acné.
- Es un fotoprotector de la piel contra los rayos UV, los buenos protectores solares contienen zinc entre sus componentes.
- El zinc también es excelente para cuidar la piel de nuestro bebé ya que es un poderoso regenerador de los tejidos.
- Nuestro cuero cabelludo puede verse beneficiado por sus propiedades, ya que la caspa y algunas infecciones fúngicas del cuero cabelludo responden positivamente a los champuses que contienen zinc.
¿En qué alimentos puedo obtener naturalmente el zinc?
Para incluir el zinc de manera natural en nuestro organismo debemos consumir los siguientes alimentos:
- Carnes rojas (carne de res, cerdo, cordero e hígado)
- Productos lácteos
- Cereales integrales
- Legumbres y frijoles
- Huevos
- Algunos pescados y mariscos, incluyendo las ostras
Finalmente, es justo decir que hay que tener una dieta balanceada y no pasarnos con su consumo ya que entre sus efectos secundarios se encuentra el dolor de estómago, vómito y diarrea.
¿Listas para sacarle todo el provecho al zinc?