Estambul, la bella ciudad del desorden

A pesar de que la ciudad turca, dividida por el Bosforo, es una de las más visitadas de Europa, desde el momento en que pasé el suelo del aeropuerto sentí como si lo estuviera haciendo en mi querida Caracas.

Nuestro primer día en Estambul fue bastante caótico; por ello mi primera recomendación es que no agarres taxi; y la segunda es contrata una guía incluso antes de poner un pie en la ciudad. Lo digo en serio, no podrás sola.

Las distancias son verdaderamente largas. El español, el inglés, e incluso el francés, son idiomas ajenos al turco, nadie te entiende, lo digo enserio y si compraste un chip internacional es posible que en Turquía falle. A pesar de todo la mayoría de las personas están dispuestos a ayudar, así que prepara tu cuerpo para el lenguaje de señas.

Lleva faldas largas, aunque las temperaturas se eleven, los turcos no están acostumbrados a los shorts y a las mini faldas. No gasten ni día yendo a las Islas Princesas, el Caribe está lleno de playas demasiado hermosas; dedícate a las mezquitas y al palacio de Sultán.

Déjate inspirar por las calles y la cultura turca que son tan extranjeras como nosotros en aquel país; intenta estar en la calle a la hora del atardecer; es uno de los más bellos del mundo. Todo se pinta de rosado y descubres la razón del nombre del Golden Horn; el reflejo del sol tiñe los vidrios de las ventanas de las casitas del lado asiático de un tono dorado que se proyecta como un espejo en el agua del Bósforo.

Reserva un día para tomar un desayuno turco. Si llegas a toparte con un carrito de rulos de papa fritos, compra dos. Uno con sal y el otro picante. No gastes tus turkis liras en kebabs.

El barrio hipster queda justo por la Torre de Gálata, allí encontrarás los más lindos restaurantes, y si tienes tiempo de comer libanés, será una experiencia que no olvidarás.

El Gran Bazar es una verdadera locura; pasarás allí todo el día sin darte cuenta; y valdrá la pena. Te sentirás como Sarah Jessica Parker en la segunda película de Sex and The City. Los vendedores te llevan por pequeños pasillos llenos de imitaciones de ensueño y el Mercado de las especies es para gastar todo tu dinero; aprovecha y prueba todas las exquisiteces dulces. Finalmente, tómate un caliente Té de Manzana y haz espacio en tu maleta para un lamparita turca.

Fabiana Andreone
"Todo lo que puedas imaginar puede ser real" -Pablo Picasso. Creo en el poder del estilo y en la influencia de la moda; la vida es muy corta para parecerte a los demás.
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