El trabajo es uno de los principales agentes causantes del estrés, todos en algún momento hemos tenido empleos que nos vuelven locos, pero por muy pesados que sean, siempre hay formas de sobrellevar las cosas e incluso conseguir que te haga feliz.
Ten buena disposición, si todas las mañanas despiertas pensado que tu trabajo es terrible, tu predisposición hará que así sea. Busca algo que te motive a ir cada día: un buen sueldo, tus compañeros, o simplemente pensar que “es temporal” y la experiencia te abrirá las puertas en otras empresas mejores.
Con cada pago compra algo que te realmente querías, no tiene que ser algo costoso, un simple y reconfortante postre cuenta. El punto es que sientas que tu esfuerzo ha valido la pena, además te dará energía para continuar.
Busca una actividad externa que te haga drenar tu estrés y te devuelva el buen humor. Un poco de ejercicio, un pasatiempo, un buen libro… cualquier cosa que disfrutes. Lo ideal es poder hacerlo a diario al salir del trabajo, de esta forma todo tu agotamiento se quedará en esa actividad y evitarás llevártelo a casa. El balance vida-trabajo es importante, así que dedicarte tiempo debe ser prioridad.
Un empleo que no sea precisamente el soñado no tiene porqué amagar tu día. Sigue estos tres simples trucos y recupera tu sonrisa y tu energía. Te invitamos a intentarlo y contarnos tus resultados a través de nuestras redes sociales @TendencyBook, si conoces alguna otra solución, coméntala.