Desde hace poco empezamos a caminar por calles en las que han caído los altos edificios de los prejuicios y cánones de belleza, un movimiento que empezó en defensa de los derechos de las personas a sentir, enamorarse, expresarse en el marco del respeto, alcanzó a la moda y posteriormente a la cosmética. Hoy cuando hablamos de belleza ya no lo hacemos desde la perspectiva de vernos más guapos, sino sentirnos más a gusto en esta piel que habitamos.
Podría decirse que la primera en aventurarse a romper con los estándares establecidos fue la cantante Rihanna, abriendo las puertas a 50 tonos de maquillaje con su línea Fenty Beauty, a la saga de nombres que quedarán en la historia le sigue Pharrel Williams, quien ha lanzado su nueva firma Humanrace con productos no gender. Así pues, la industria cosmética empieza una nueva era en la que ya no vale solo lo estético sino el mensaje.
Después de muchos años en los que la mayoría se sentía excluido del concepto de belleza por diversos motivos el ‘beauty world’ ha empezado a cuestionarse y abrirse para dar paso a diferentes sectores de la población que han tomado la batuta y han dicho basta, según un estudio reciente de la empresa Unilever, el 80% de los jóvenes asocian la palabra normal a connotaciones negativas cuando las ven en envases; por otra parte la consultora Deloitte llegó a la conclusión que las nuevas generaciones van a consumir en aquellas marcas que les ofrezcan un perfil multicultural.
¿Pero esto es una venta de humo o una realidad en proceso?
Para algunos entendidos en publicidad o expertos en maquillaje, estilismo capilar, etc. Muchas marcas están valiéndose de la gran agitación para lograr acercarse a las masas sin aportar nada en realidad, es decir, algo que ha sido muy criticado durante los meses anteriores es el hecho de que muchas marcas alzaron la bandera del mes de Orgullo LGTB+, pero no han habido acciones más allá que demuestren un verdadero compromiso.
En este punto podríamos pensar ¿cómo pueden tener mayor implicación? y la respuesta se oculta en las entrañas de dichas empresas y consorcios, pues son muchos los que han denunciado haber sido rechazados tanto en colaboraciones como puestos de empleo exactamente por recoger las condiciones que en apariencia han defendido.
Sin embargo, a pesar de estas incidencias los aires de cambio cada vez son más fuertes, pues empresas que apuestan a la diversidad, no solo se reducen a contrataciones o colaboraciones, sino que además aportan grandes donaciones o recaudaciones para las causas que defienden, un ejemplo de ellos es Pantene, quienes defienden que el cabello no tiene género y se ha unido a la causa Trans junto a la fundación 26 de Diciembre.
Si tu también quieres ser parte del cambio, ya sea que te interese la cosmética inclusiva o la sostenibilidad, presta atención a qué marcas te ofrecen realmente un trasfondo con los principios que comparte, llegó el momento de ser críticos y analíticos, llegó el momento de mirar a la profundidad y no solo a los que nos venden detrás de las pantallas.