J’adore In Joy!, una nueva flor soñada

Un nuevo J’adore ha nacido, una fragancia que vive en armonía con las imágenes poderosas de sus orígenes. Imbuido con una fuerza de vida, se reinventa para redescubrir el significado profundo de su nombre. Poderoso y vivo, exclama una declaración de amor por la vida: J’adore In Joy! Su aroma forma una nueva flor soñada sorprendentemente bella.

François Demachy, Perfumista-Creador de Dior, ha liderado esta creación, redefiniendo los contornos de este legendario bouquet basado en notas de la Flor de Sal y de un Ylang Ylang, confeccionado en Grasse para convertirse en la flor Dior. Su armonía florece en los reflejos de un melocotón dorado colmado de vida. Lujosa y al mismo tiempo espontanea. J’adore In Joy posee la inmediatez de un placer que se ofrece sin rodeos. De un perfume que su aroma es literalmente alegría. J’adore In Joy como un nuevo grito de vida.

Florece la Flor de Sal

François Demachy se sumerge en la floralidad de J’adore vistiéndola con la audaz seducción de un nuevo acorde floral-afrutado-salado. Ha creado un agridulce sorprendente y original.

Con una composición altamente sensorial, J’adore In Joy provoca muchas emociones. Cautiva al instante con una atracción seductora que te deja lleno de asombro… J’adore In Joy despierta nuestro interés con un encanto inusual. Esta nueva fragancia expresa una riqueza vivaz con una dulzura, que al mismo tiempo mantiene una alegría y frescura salada.

Con la Flor de Sal, nace una nueva idea

Floreciendo alrededor de las legendarias flores de J’adore – el Jazmín Sambac, Neroli e incluso Nardo, esta Flor de Sal se posa en la punta de la lengua y se apoya sobre un Ylang Ylang de Madagascar “retrabajado” a medida en Grasse. Una transformación que permite sacar a la luz una faceta salada de esta flor sorprendente.

En el centro de esta estructura precisa, el Corazón de Ylang de J’adore In Joy es la llave maestra esencial de esta composición, envolvente, aunque ligera. Su sal fresca y floral invade la nota redonda y melosa de Melocotón afrutada y jugosa. Aliados sensuales, componen un néctar salado y ligero, tan refrescante como un bello fruto maduro.

“Con J’adore In Joy, he creado un acorde afrutado-salado inédito para que las flores blancas brillen. Una ‘Flor de Sal’ de actitud actual, que ‘emana’ literalmente alegría.”

François Demachy
Perfumista-Creador Dior

Un Corazón de Ylang facetado por la mano de Grasse

Una bella y potente flor tropical, el Ylang Ylang (que significa ‘flor de flores’ en malayo) es apreciado por sus notas florales exótica, su sensualidad inmediata. Para J’adore In Joy, François Demachy ha seleccionado una calidad especifica proveniente de la minúscula isla de Nosy Be a la altura de Madagascar.

Si he querido esta esencia precisa de Ylang de la isla de Nosy Be es porque posee notas muy cercanas a la de la flor, pero también por poseer una nota salada. Encaja perfectamente en la composición de J’adore In Joy que, a su vez, está construida en torno a un acorde salado incisivo”, precisa François Demachy.

Poderosamente floral, esta Esencia de Ylang no encaja exactamente en las expectativas del Perfumista-Creador ya que deseaba una esencia más fiel a la flor. Para este Ylang, viaja hacia Grasse, cuna de las flores y de su transformación, para una última metamorfosis de la flor.

Es ahí, y junto con los expertos de Grasse, donde François Demachy elige una Esencia de Ylang particular. Una esencia liberada de notas ‘farmacéuticas’ y ahumadas indeseables. Un Ylang sometido a un trabajo de transformación que pondrá en valor una nota salada adecuada para J’adore In Joy.

Para ello, se implementa un largo proceso de fraccionamiento que consta de numerosas etapas de destilación, hasta llegar a un Corazón de Ylang, es decir, a una nueva Esencia cincelada al detalle, depurada y valorizada. Es gracias a este largo trabajo que requiere de intuición, escucha y saber hacer que la bella nota salada y solar puede al fin brillar en J’adore In Joy.

Un Corazón de Ylang facetado a medida para J’adore In Joy por la mano de Grasse. Una flor pacientemente reinventada que celebra el largo tiempo invertido en su creación, garantía única de una nota que brota con una belleza inmediata.

“En Grasse, el diálogo entre el perfumista y el químico es primordial. Su experiencia es incomparable puesto que es la heredera de una larga historia donde se mezclan el conocimiento y la creatividad, la ciencia y la astucia. Este comportamiento y esta ciencia no se encuentran en ningún otro sitio. Esto permite proyectos olfativos sutiles como ocurre con el Corazón de Ylang de J’adore In Joy. De ahí viene también el lujo de los perfumes Dior.”

François Demachy
Perfumista-Creador Dior

La proeza técnica de un frasco sensorial

Nunca antes habíamos tenido la impresión de tocar J’adore de esta forma, de sentirlo al mirarlo. Obtenido gracias a una verdadera proeza técnica, el grosor del cristal del ánfora de J’adore In Joy es tan fino que la visión del perfume se convierte en sensación.

El melocotón dorado, tornasolado y pop del jugo estalla gracias a un fondo abombado que difunde la luz. J’adore In Joy se convierte en una materia viva, palpable, en sintonía con un nombre que se impone como un manifiesto de alegría de vivir.

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