Atrás parece que quedaron aquellos días en los que el prototipo de masculinidad eran caracterizados por personajes como Humprey Borgat o Robert Redfort pero, en el transcurso de estos años hemos visto que el modelo ha ido cambiando, el vestuario se ha vuelto un tema de actitud y no de género.
El golpe de gracia para llevar a toda una sociedad a replantearse los términos de ‘lo masculino y lo femenino’ llegó con la portada de Harry Styles para Vogue USA el diciembre pasado, el cantante y ex miembro de One Direction, ha sido uno de los hombres que han estado jugando al gato y el ratón creando un gran revuelo en el código de vestir.
Quizás por ello fue el primer hombre en la historia de la aclamada revista en posar en solitario para su portada, y como no podía ser de otra manera, ostentando un vestido que hasta ese momento era del uso exclusivo para mujeres. El diseño vino firmado por Alessandro Michele actual director de Gucci, quien además también es muy amigo de Styles. Las fotos fueron consideradas auténticas obras de arte pero también muy criticadas, uno de los textiles que más llamó la atención fue el de la comentarista conservadora estadounidense Candace Owens quien dijo: “No hay ninguna sociedad que pueda sobrevivir sin hombres fuertes. En Oriente, eso se sabe. En Occidente, la continua feminización de nuestros hombres a la misma vez que se educa a nuestros niños en el marxismo no es una coincidencia. Es un ataque directo. Que vuelvan nuestros hombres varoniles”.
¿Pérdida de fuerza o reinterpretación?
El tweet de Owens dejó a muchos planteándose una pregunta: ¿Realmente usar vestido es una muestra de debilidad? Muchas otras personalidades opinaron que no y se alzaron en aplausos y palabras de apoyo, alegando que esto solo demuestra que vivíamos en una sociedad de masculinidad tóxica, en la que las nuevas generaciones al no sentirse parte buscan y exploran sus nuevos términos.
Pero lo cierto es, que Styles no ha sido pionero de un movimiento que busca desprenderse de viejos conceptos, pues esta es una lucha que lleva años y que inició, el 28 de junio de 1969 con los disturbios en StoneWall, en la ciudad de Nueva York; son más de 50 años expresándose en la industria del espectáculo con muchos otros personajes que refirieron la masculinidad en su momento.
Otros hombres que borraron la frontera de los géneros.
El glam rock surgió en 1973 en Gran Bretaña, artistas como David Bowie, Marc Bolan, Elton John, Gary Glitter y el grupo Slade, fundamentaron sus bases en una nueva estética de vestimenta que completaron la vibra musical de cada uno de ellos. Esto fue una forma de enfrentar el macho- rock del momento, en el caso de Bowie siempre transmitía un aire femenino y provocador con sus estilismos.
Bowie además protagonizó un momento similar en la historia cuando posó para la portada de The Man Who Sold the World, luciendo un vestido de mujer de seda estampado en flores. Más tarde, gracias a Andy Warhol y Lou Reed descubrió que los hombres también iban en tacones.
Por su parte, Elton John también ha dejado su impronta no sólo en la escena musical sino en la del estilo, sus atuendos se convirtieron en una forma de expresión hechas de plumas, terciopelo y lentejuelas.
Lo cierto es que desde hace muchas décadas atrás, existen voces que gritan alto en busca de ofrecer opciones de expresión para cada quien, el glamour rock fue, sin duda, el punto de partida para explorar los términos de la masculinidad. A este mensaje de libertad también se unieron Freddie Mercury y Marc Bolan y nos vendieron que el arte puede liberarnos.
Cada vez la línea va volviéndose más difusa, lo cual no quiere decir que se trate de algo malo, sino de una apertura que nos integre a todos y nos permita explorar aquello que nos gusta sin sentirnos señalados; así lo explicó en una entrevista, Timothée Chalamet: “Puedes ser lo que quieras. No hay nada en concreto que tengas que hacer para ser masculino. Es muy alentador. Es un mundo nuevo y valiente. A lo mejor es por las redes sociales, o quién coño sabe por qué, pero en nuestra generación hay muchas ganas de hacer las cosas de otra manera».