El miedo es una emoción primaria que todos poseemos porque tiene una función de preservación en el ser humano. El miedo nos brinda una información a la hora de atacar o huir ante determinada situación, y debería durar un tiempo acorde al evento. Este lapso tendría que ser corto, pero los seres humanos a veces elevamos el miedo a un plano mental convirtiéndolo en una emoción secundaria llamada ansiedad, que simplemente proviene de anticiparnos a los acontecimientos de forma negativa esperando el peor resultado.
Normalmente, cuando esto pasa y llega el momento, nada sucede como lo pensábamos o lo imaginábamos; porque obviamente la mente se va a lo fatalista, por esta razón es muy importante dominar o domar nuestra mente, suena fuerte porque es como obligarse, pero mientras creamos el hábito, tiene que ser de esta manera porque la parte de la mente negativa va a querer continuar con su mal hábito, por esta razón solo después de haberlo instalado en nuestro subconsciente es que podemos flexibilizar, pero empezando no.
Es como cuando vamos por primera vez al gimnasio. Nuestro cuerpo nos va a doler los primeros días y vamos a querer abandonar, pero si persistimos, somos constantes y nos comprometemos con nosotros mismos, luego nuestra mente creará la necesidad de hacer ejercicio porque ya se creo el hábito de ejercitarse.
Para poder afrontar nuestros grandes miedos, debemos empezar por manejar los retos pequeños que se presentan en nuestra cotidianidad, como por ejemplo, atrevernos a decirle algo a alguien que no nos guste o no estemos de acuerdo, pero que no tenga mucha importancia. Esto servirá para practicar.
Debes todos los días, cada vez que lo recuerdes, generar un hábito de pensamiento positivo. Esto lo lograrás cancelando los pensamientos negativos y sustituyéndolos por pensamientos positivos. Yo te recomiendo hacerlo tantas veces como sea necesario, y aquí quiero acotar que los hábitos se crean haciendo una misma acción todos los días al menos por 30 días.
Esto lo vamos a realizar con nuestros pensamientos; por ejemplo: cuando decimos: “no puedo con esto”, identificamos de inmediato que es un pensamiento negativo y decimos mentalmente: “cancelado” y cambiamos el pensamiento por: “si puedo con esto”. Al principio tal vez no nos lo creamos, pero la mente termina aceptándolo. Otra cosa que podemos hacer es preguntarnos a nosotros mismos “¿Qué es lo peor que puede pasar si no lo hago?”. Esto hará que puedas reflexionar en que no pasará nada del otro mundo y te dará fuerzas para accionar.
El miedo es una emoción que genera muchas reacciones físicas, las cuales nos asustan por su intensidad o por lo desagradables que pueden ser, por esta razón preferimos no sentirlo. Entonces, le agarramos miedo al miedo y preferimos evitar todo lo que nos pueda generar esas reacciones, dejando de hacer lo que tenemos que hacer y dejando de arriesgarnos, permitiendo que el miedo se convierta en un monstruo que nos encarcela y roba nuestra libertad.
La única manera de vencer ese monstruo que tú mismo has creado es empezar como te decía anteriormente, de menos a más y cada día vencer pequeños “miedos” para que cuando a nuestra vida lleguen grandes eventos, tengamos recursos internos para afrontarlos.
Otra recomendación importante que te doy para vencer los miedos es siempre esperar el mejor resultado. Todos tenemos algo que se llama “Ego” y que es esa parte interna de nosotros que siempre está allí para contradecir todo lo positivo que queramos hacer. Es ese diálogo interno que constantemente nos está criticando y juzgando. No podemos eliminarlo de nuestra vida al cien por ciento, pero sí podemos aceptarlo y poco a poco quitarle fuerza; esto lo logramos cada vez que dejamos de oírlo y actuamos y pensamos en positivo.
Otra recomendación que te doy es empezar a meditar. Busca las que son guiadas por profesionales, esto te ayudará a calmarte y a conectarte contigo mismo. Podemos también hacer ejercicios de respiración unos minutos antes de levantarnos, hay muchos en Internet; escoge los que te hagan sentir más cómodo. Estos ejercicios lo que hacen es que te enseñarán a calmarte ante un evento de miedo, ayudándote a manejarlo más fácilmente.
Si tu miedo es hacia una persona, te recomiendo decretar cada vez que la veas: “hoy decido quitarte poder”. Esta afirmación la puedes repetir cada vez que pienses en esta persona. Es importante que también empieces a verla como un ser de carne y hueso, igual que tú, con emociones y sentimientos. Esto te ayudará a darte cuenta que no es un extraterrestre, ni un super hombre o una super mujer que te puede aplastar con solo verte.
Para vencer los miedos es muy importante cultivar la seguridad en uno mismo. Para esto te recomiendo hacer cosas que te hagan sentir bien, sin excusas, como, por ejemplo, hacer ejercicios, ir solo a algún sitio y disfrutar de las cosas que normalmente no harías. Recuerda que antes te acoté que lo hicieras con cosas pequeñas y a medida que los superes, busques cosas más grandes. Superar tus miedos es una tarea de acción, si te quedas haciendo lo mismo, obtendrás los mismos resultados.
Otra cosa que te puede ayudar y que yo aplico mucho actualmente es que cada vez que sientas miedo, te digas a ti mismo: “¿Qué haría en esta circunstancia un ganador?”. La mente inmediatamente te enviará una respuesta. Por ejemplo, si mañana tienes una reunión y tienes miedo a los resultados, piensa: “¿Qué haría un ganador?”. Un ganador se levantaría, se mantendría tranquilo, no se adelantaría a los acontecimientos e iría a su reunión seguro y tranquilo.
Otra aspecto muy importante es que conozcas a tu enemigo. En este caso sería tu propio miedo. Lee lo que puedas acerca del tema, escucha audiolibros que hoy en día con los celulares inteligentes podemos descargar y reproducir fácilmente.
Las transformaciones en el ser humano se hacen paso a paso, los cambios rápidos o que ocurren de la noche a la mañana no duran. Debes ser compasivo contigo mismo, con paciencia lograrás los objetivos.
Espero que estos pequeños tips te puedan ayudar a vencer ese monstruo que es el miedo. Liberarse de él depende de ti y los resultados los verás a medida que te pongas en acción.
Por: Guaitinema Moy
