Mitos de la protección solar

Protección Solar

Existen muchos mitos sobre la protección solar. La piel es el órgano más grande del cuerpo humano. Si bien después de escuchar esta afirmación lo primero que uno puede deducir es que también es el órgano más fuerte y resistente. Existen a la vez múltiples agentes agresores y sustancias que actúan diariamente para que nuestra piel se dañe y pierda sus bondades de escudo de protección para el interior del cuerpo humano.

Mito: Entre más capas de protector solar uses, más alta es la protección.

Falso: La protección solar no es acumulativa. Por más capas que te apliques, sólo estarás protegida con el FPS más alto de los productos que usaste, como maquillaje, crema humectante y tu protector.

Mito: Solo debo usar bloqueador solar en verano.

Falso: Aunque la radiación ultravioleta aumenta cuando la Tierra se halla más cerca del Sol, no siempre hay una relación directa entre las temperaturas altas y la cantidad de radiación ultravioleta. Así, es posible que en invierno se registren días con alta radiación ultravioleta.

Mito: Al aplicarse varias veces un filtro solar, se prolonga el tiempo en que puedes exponerse al sol sin peligro.

Falso: Los filtros solares no bloquean la acción de los rayos ultravioleta; simplemente filtran la cantidad que llega a la piel. Si permaneces expuesta al sol más de cien minutos, sin importar cuántas capas de filtro te hayas aplicado, te encontrarás en una especie de «freidora».

Mito: Los filtros solares protegen contra la aparición de arrugas.

Cierto: Mientras tú te asoleas, los científicos siguen estudiando y quemándose las pestañas, y la gran mayoría calcula que las arrugas y manchas son causados por la exposición a la radiación ultravioleta. Nuestras células están programadas genéticamente para morir, y la exposición a la radiación ultravioleta hace que mueran más rápido.

Mito: La protección 15 es suficiente para protegernos de los efectos nocivos del sol.

Falso: Si bien es cierto que la protección 15 es suficiente para proteger la cara, o pieles adultas normales, te aconsejamos utilizar mayor protección según tu tipo de piel, y aplicarlo sobre la piel seca. Mínimo de 30 FPS.

Bebe y bebe agua: Recuerda que el agua regula la temperatura del cuerpo y facilita las funciones de transportación de nutrientes y el desecho de células.

La luz solar es una de las agresiones más fuertes y dañinas a las que se expone nuestra piel. No obstante, hace mucho tiempo atrás, fuimos capaces de permear los efectos del sol creando cambios como la pigmentación de la piel, el engrosamiento de ésta y demás cambios típicos en las razas, que hoy en día conocemos.

Sin embargo, desafortunadamente junto con el calentamiento global han aparecido nuevos retos para el ser humano. Uno de estos es el tener que soportar mayor radiación solar por los daños causados en la capa de ozono.

TendencyBook