¿Podemos decir adiós al ego?

adios al ego

El ser humano vive en la búsqueda constante de su autoconocimiento, ya sea para entenderse o emprender un camino hacia su felicidad y bienestar, cosa que es posible cuando indagamos en aquellas cosas que nos limitan y no sabemos ponerle nombre. Muchas veces ese limitante tiene un nombre y no es de fácil percepción. La ansiedad, la tristeza, incluso esa sensación de satisfacción agridulce, todas pueden alojarse en una pequeña palabra de tres letras pero, ¿podemos decirle adiós al ego?

Para poder remediar un problema es vital conocer su origen. Por definición, el ego es aquello que los griegos llamaron en su momento el Yo y es lo que nos permite hacer la distinción entre nosotros mismos y los demás; en psicología es aquello que nos permite traducir las experiencias buenas y malas, y adaptarlas a experiencias futuras. En pocas palabras, es la identidad que nos damos a nosotros mismos basados en las experiencias.

                                     «Cuando el ego muere, el alma despierta». Mahatma Gandhi

Pero hasta aquí todo suena en orden y no pareciera ser algo nocivo para nuestro bienestar, de hecho podríamos llegar a pensar que estamos hablando del sinónimo de autoestima. La diferencia abismal entre uno y otro es que mientras el ego es cómo nos percibimos a nosotros mismos desde la proyección de lo que creemos valer y merecer, la autoestima es la capacidad de vivir y disfrutar de la vida de una manera equilibrada con una actitud positiva ante los desafíos porque vives con tu luz y tu sombra.

El problema radica en que creemos que somos nuestro ego y limitamos nuestra vida a ello. Pero si por un momento soltásemos el morral de nuestras creencias y lo vaciáramos, ¿qué veríamos? Efectivamente ese morral no somos nosotros, solo lo llevamos a cuestas y a veces es tan pesado que no nos permite llegar hasta nuestros sueños o anhelos. Vivimos constantemente en el estrés por tener más, por demostrar ser más listos que el otro, escudándonos porque nuestras propias debilidades asustan y no nos enseñaron a lidiar con ello.

El Ego desequilibrado

Las manifestaciones inequívocas de un descontrol en el ego son una baja autoestima o el egocentrismo. Si en diferentes situaciones te identificas con la lista de abajo tu ego está tomando el control.

  • Te sientes ofendido
  • Te tomas las cosas como una ofensa personal, aun cuando muy probablemente no tienen nada que ver contigo
  • Necesitas siempre ganar
  • Necesitas siempre tener la razón
  • Necesitas sentirte superior a los demás o tener más que los demás
  • Piensas que todo el mundo se aprovecha de ti

Cuatro pasos para dominar nuestro EGO

  1. Aceptar, entender y usarlo a nuestro favor: El primer paso es entender que el ego solo funciona para obtener la seguridad de nuestra supervivencia; NO tiene como función dirigir nuestras vidas.
  2. Observación y consciencia: Ya que sabemos para qué sirve el ego, se consciente de tus reacciones ante diferentes situaciones y analiza si eres tú el que está tomando las decisiones. Una de las herramientas que puedes aplicar es reconocer el sentimiento que se te presente en el momento, ya sea tristeza, angustia, ansiedad o miedo; verás cómo se irán desarrollando otros a partir de esos y al pensar de dónde vienen y cuál es su origen te darás cuenta que hiciste un rápido recorrido al pasado, al futuro o experiencias negativas. Entonces al detectarlo vuelve al aquí y al ahora.
  3. Devuelve todo a su lugar: No es necesario que luches con tu ego, ya conoces su utilidad. Cada vez que sientas que retrocedes a tus viejas experiencias, tráete de vuelta y date cuenta que en el momento presente puedes reaccionar de manera diferente.
  4. Yo: Cuando empiezas a equilibrar tu ego verás cómo aflora tu parte más creativa y receptiva a nuevas experiencias. Esto se traduce a que dejarás de actuar en consecuencia al exterior y saldrá a la luz tu Yo más autentico, el que te hará realmente feliz y satisfecho.

¿Podemos decirle adiós al ego? La respuesta es no, porque es una pieza importante para todos los seres humanos, lo importante es darle la importancia justa y no permitir que interfiera con nuestras vidas limitándonos ante nuestro crecimiento personal. Recuerda que el momento más importante de tu vida es HOY.

Alexandra Hidalgo
Disfruto del orden que habita en el caos de ahí mi amor por la moda, la fotografía, los libros y mis peleas con lo absurdo.
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