Generoso, autodidacta, cosmopolita, Loris Azzaro puso su visión iconoclasta al servicio de las mujeres. Lejos de los clichés sobre la feminidad, sublima la singularidad de cada mujer. «Crear un vestido para una mujer que no sabe lo hermosa que puede ser» ¿La mujer de Azzaro? Una mujer que impone sin imponer nunca, que asume su feminidad con espíritu, descuido y libertad. Una mujer que no necesita pedir prestado el vestuario de los hombres para sentirse libre e independiente. Una mujer que juega con los códigos de la feminidad para liberarse mejor.
Un diseñador de moda de la noche, Loris Azzaro crea vestidos esculturales, sensuales y atrevidos que han vuelto al panteón de los íconos de la moda. El vestido de tres anillos es uno de ellos. En una modernidad atemporal, sus bordados sublimados de corte sugerente encarnan el estilo y Azzaro ha sido reinterpretada por sus sucesores Vanessa Seward y Maxime Simoens, director artístico desde 2017.
Su visión va más allá de la moda, cultiva un mundo donde la belleza, el glamour y la inconformidad están disminuyendo infinitamente. El objetivo de la mayoría de los fotógrafos del momento como Helmut Newton, Richard Avedon y Guy Bourdin inmortaliza su estilo de vida hedonista donde sus amigos y estrellas doradas se cruzan (Sophia Lauren, Romy Schneider, Jane Birkin…), de las mujeres de su vida (su esposa Michelle y sus dos hijas Catherine y Beatrice) en el fondo opulento de sus apartamentos. Fuertes imágenes que demuestran el espíritu sulfuroso y despreocupado de los años 70.
Más allá del homenaje a una personalidad sobresaliente, la exposición «Azzaro 50 años de Parpadeo» ofrece un concentrado de provocación y libertad, un punto culminante de un creador que supo cómo usar esas actitudes para sublimar a las mujeres.