A todos nos encantan los selfies. Hoy en día sacarse una selfie se convirtió en un ritual. Tanto si estás solo o disfrutando la compañía de otra persona, este tipo de foto inmortaliza los momentos más agradables. Pero este fenómeno se ha vuelto incluso obsesivo, llegando al punto de causar la muerte a personas solo por tratar de lograr un selfie impresionante.
259 personas murieron entre 2011 y 2017 tratando de tomarse una selfie en situaciones extremas, según un estudio global de 2018.
Así es que después de volverse una sensación global, las selfies también se tornaron peligrosas: en los últimos años mataron cinco veces más personas que los ataques de tiburón.
El fallecimiento por ataques de animales, electrocución, fuego y armas de fuego aparecen con frecuencia en informes de todo el mundo.
Los investigadores descubrieron que los decesos relacionados con los selfies son más comunes en India, Rusia, Estados Unidos y Pakistán.
El hecho de que tantos jóvenes en India murieran atropellados por un tren o ahogados luego de que su embarcación se hundiese al momento de tomarse una foto, llevó al país a establecer «zonas libres de selfies«, dieciséis de ellas en Bombay.
Sin embargo, los investigadores aseguran que el número real de muertes por selfie puede ser mucho mayor, ya que esta no es la causa que se registra como razón de la defunción.
«Se estima que las muertes por selfie no se reportan lo suficiente y se trata de un problema que debe ser tratado», dice el estudio.
«Ciertos accidentes de tráfico que ocurren cuando se toman selfies, se catalogan como muerte en accidente de tráfico». Por ello, se está subestimando la magnitud del problema. Es importante evaluar las pruebas, causas y razones de las muertes por selfies para poder hacer las intervenciones adecuadas».
Todo esto demuestra el fenómeno que han causado las redes sociales, el estar dispuesto a hacer auténticas locuras, a arriesgar tu propia vida, simplemente para llamar la atención y conseguir el reconocimiento del resto de personas.