Slow Fashion o moda lenta [Qué es y por qué es importante]

slow fashion

La slow fashion es lo contrario de la moda rápida. Abarca una conciencia y un enfoque de la moda que tiene en cuenta los procesos y los recursos necesarios para fabricar la ropa.

La moda lenta aboga por la compra de prendas con larga vida útil, de mejor calidad, que aseguran durabilidad y valora el trato justo de las personas, los animales y el planeta a lo largo de todo el proceso.

En este artículo te vamos a explicar más claramente qué es slow fashion o moda lenta.

Qué es slow fashion

Slow fashion o moda lenta es un movimiento que, en pocas palabras, trata de minimizar el impacto de la confección masiva de prendas en el planeta (la llamada ‘fast fashion’) limita los recursos que utiliza durante el proceso, trata de producir con el mínimo de residuos o con residuo 0, respeta el entorno y a las personas e impulsa la economía local.

Se pretende evitar la sobreproducción trabajando de una manera lenta, desacelerada, sin prisas y en muchos casos de manera artesanal.

Para entender el significado slow fashion debemos volver al pasado, cuando nuestras madres o abuelas utilizaban prendas de producción local, que duraban mucho tiempo por su calidad y por la costumbre social de repararlas antes que tirarlas.

¡Que normal era ‘heredar’ jerseys, pantalones y todo lo que valiera de hermanas mayores! ¿verdad?

Cada prenda era una pieza artesanal, algo muy personal y ajustado al estilo de cada individuo.

El concepto de ‘Slow Fashion’

El término slow fashion fue acuñado por Kate Fletcher en 2007. Fletcher, profesora de Sostenibilidad, Diseño y Moda en la Universidad de las Artes de Londres, ideó el término en contraposición a la ‘fast fashion’ siguiendo la línea del movimiento de la ‘comida lenta’.

Intentaba hacer hincapié en que una moda sostenible, ecológica y comprometida, tanto con el medio ambiente como con los derechos de los trabajadores, es posible.

Con su concepto de slow fashion quiso dejar en evidencia a esta sociedad consumista y exponer una nueva forma de consumir moda. Sin embargo, aunque el término se utilizó desde entonces a niveles universitarios y profesionales, no fue hasta 2013 cuando se hizo popular y más conocido.

El colapso del edificio Rana Plaza

Fue el 23 de abril de 2013 cuando los hacinados trabajadores del Rana Plaza, un edificio en Daca (Bangladesh) donde se trabajaba para la industria textil, oyeron crujir el suelo. Los trabajadores, en su mayoría mujeres, incluso niños, huyeron despavoridos, pero fueron obligados a volver al trabajo.

En países como Bangladesh, donde los derechos laborales no son, ni de lejos, los de occidente, los trabajadores volvieron a sus puestos de trabajo. Al día siguiente el edificio se derrumbó, dejando más de 1000 fallecidos y más de 2000 heridos.

¡Una catástrofe que podía haberse evitado!

Y como tantas otras veces, fue necesaria una desgracia de esta magnitud para que la sociedad abriera los ojos y empezara a mirar de frente a lo que el consumo excesivo y desenfrenado de prendas textiles estaba provocando. A partir de ese desgraciado momento, el término slow fashion se hizo popular.

Se empezó a exigir a las marcas de moda una mayor transparencia en todos los procesos de producción así como de derechos laborales. A día de hoy aún queda mucho trabajo por hacer, pero marcó un principio de despertar generalizado en la sociedad.

Slow fashion es ya un movimiento

En una sociedad en la que la inmediatez, el consumismo y la obsolescencia programada priman, el movimiento slow ha venido para quedarse. La slow fashion, o literalmente moda lenta, hace frente a toda esa filosofía actual de usar y tirar. 

Algunos datos escalofriantes:

  • La ropa que compramos tiene un promedio de uso de únicamente 7 veces
  • Por norma general está confeccionada con materias naturales ni biodegradables a corto plazo, lo que produce unos 12 millones de toneladas de residuos de ropa al año.

El movimiento moda lenta surge en respuesta al ‘fast fashion’ que apareció hace unos 20 años cuando las tendencias de moda empezaron a ser muy cambiantes y las marcas de ropa comenzaron a abaratarse, viéndolas como algo desechable.

Debido a la creciente preocupación actual por el planeta, el consumidor exige normas de sostenibilidad, y la industria se ve en la necesidad de cambiar y desacelerar la producción.

Fast fashion vs Slow fashion

Veamos las principales diferencias entre fast fashion vs slow fashion:

La filosofía del ‘fast fashion’ es comprar y tirar. ¡Y vuelta a empezar!

Consume gran número de recursos y genera muchos residuos, debido a la producción elevada y un ritmo frenético, a menudo estas empresas no se deshacen de ellos de forma responsable, se tiran a ríos y mares, suponiendo un gran impacto para la vida en estos ecosistemas.

Fomenta un consumo innecesario, se crean prendas de poca calidad para asegurar su corta durabilidad y así fomentar un mayor consumo.

Prácticas laborales injustas, el abaratamiento del producto se consigue a través de unas condiciones de trabajo injustas, muchas horas a un precio muy bajo. La producción se suele realizar en países en vías de desarrollo a un coste mínimo, con gran impacto negativo en las comunidades.

Frente al ‘fast fashion’ nace la ‘slow fashion’ que fomenta una actitud frente al consumo más responsable y ética.

La moda ecológica da apoyo a empresas con poco personal y que fabrican de manera local y en muchos casos artesanalmente. Suelen trabajar con proveedores locales.

Apuesta por el reciclaje y por adquirir productos de ropa de segunda mano, para darles aún más vida y aprovechar al máximo los recursos con los que fueron hechos.

Las prendas de ropa slow fashion están fabricadas con materiales sostenibles de alta calidad y tienen gran durabilidad en el tiempo.

Tiempos de producción lentos, por lo que la reposición de stock se ralentiza o incluso no llega a producirse otra tanda de una prenda concreta.

El proceso de fabricación genera los mínimos desechos posibles o busca el residuo cero (zero waste).

Está implicada en la reducción de la huella de carbono que genera su ropa, con medidas como el km0.

Se lanzan colecciones (y no productos por temporada) dos o tres veces al año. Algunas marcas incluso mantienen la colección y otras fabrican por encargo.

No suele seguir estrictamente las tendencias de moda.

Beneficios de la moda lenta

Como hemos visto, la moda lenta aporta gran cantidad de beneficios. Nuestro planeta lo agradece con aguas más limpias y ecosistemas más ‘vivos’, se reduce el uso de recursos naturales y materias primas, así como el uso de residuos naturales y se apoya la economía local y unos derechos laborales justos.

La producción masiva de ropa y accesorios textiles pone en riesgo un recurso tan importante y escaso hoy en día como es el agua, es responsable de las emisiones de gases de efecto invernadero, de los vertidos contaminantes, entre otros peligros para el medio ambiente y las personas.

En España las tasas de reciclaje textil siguen siendo bajas: solo entre el 10-12% de los residuos textiles post-consumo se recoge por separado para su reutilización y/o reciclado, y menos del 1 % de la producción total se recicla en ciclo cerrado, es decir, con el mismo uso o similar.

Al escoger la ropa que vas a comprar, puedes informarte sobre la procedencia de los materiales. De esta manera, sabrás cómo ha sido fabricada, por qué empresa y bajo qué condiciones. ¡Vale la pena!

La slow fashion promueve marcas transparentes y donde podamos ver esa trazabilidad de una prenda en todo su ciclo, ¡no te cortes y pregunta! si son verdaderamente marcas sostenibles seguro que te informarán sin problema.

Algunas empresas ya empiezan a tomar medidas para reducir los daños y aplican metodologías del slow fashion necesarias para evitar la destrucción del planeta, ya que no consume tantos recursos, apenas genera residuos y es respetuosa con el medio ambiente.

Marcas de moda lenta española como Bolsos Monai se basan en la moda ecológica y utilizan en sus bolsos o complementos de moda materias primas naturales, recicladas, sostenibles o que causen un impacto mínimo en el entorno. Algo que llevan haciendo desde su nacimiento en 2016.

Visitar su tienda online de bolsos artesanales hará las delicias de quienes buscamos complementos únicos, ediciones limitadas o incluso ¡encargos personalizados!

Entre su variedad de productos podemos encontrar desde bolsos veganos a mochilas artesanales hechas mediante reciclaje textil o sus fabulosas piezas únicas en bisutería artesanal ¡y además unisex!

Ahora que conoces las diferencias entre moda rápida y moda lenta, ¿te animas a probar la slow fashion?

TendencyBook