¿Son celos o es celotipia? Estas son las diferencias

celos

Las relaciones de pareja siempre son un tema complejo, hay muchas cosas a las que debemos estar atentos para evitar caer en relaciones tóxicas. Una de esas cosas son los celos, en algún punto de nuestras vidas. Todos hemos experimentado esa sensación, la hemos reconocido y la hemos descodificado para seguir adelante pero, ¿qué pasa cuando no se pueden superar y son una constante?

La celotipia se define como una emoción que surge de la idea de que alguien nos es infiel o desleal, en muchas ocasiones se tratan de celos patológicos que son capaces de destruir las vidas de las personas involucradas en la relación.

Sufrir de celos en algún momento no es patológico, algunos expertos aseguran que pueden incluso reforzar los lazos de la relación siempre y cuando se sepan controlar y las emociones se manejen de manera consciente y madura. Así que sin temor a equivocarnos lo que diferencia unos celos normales a unos patológicos es la forma en la que la persona los gestiona.

Si se habla del problema y la situación se normaliza con los límites necesarios, ya sea para mantener la relación desde otra perspectiva o para romperla estamos hablando de una emoción normal, pero cuando entran en escena casos de obsesión, persecución, acoso o maltrato, ya estamos hablando de una conducta patológica que necesita atención profesional.

Pero los celos desmedidos no solo se dan dentro de las relaciones de pareja, pueden verse en relaciones entre hermanos donde uno cela al otro o a uno de los padres, en el trabajo un compañero puede sentirse celoso si alguien más recibe halagos de los jefes.

Esta emoción es evolutiva, es una forma de mantenernos en competencia con otros individuos para obtener la atención, primero de los padres y luego de otras figuras importantes en nuestras vidas. Detrás de los celos se esconde el miedo a perder, puede ser el cariño de los padres, el amor de la pareja o la atención de los jefes dando por hecho que todo eso lo consiguieron en alguien más.

Este miedo genera una tensión constante en quien lo siente, llegando a implementarse un círculo vicioso peligroso si además se combina con una personalidad controladora. La persona además puede llegar a sufrir complicados cuadros de ansiedad que derivan en obsesiones y tendencias a vigilar cada paso que hace el objeto de su atención.

La celopatia es una suerte de delirio, en las que las actitudes problemáticas parten de ideas infundadas que se arraigan en la mente de la persona sin ninguna certeza o pruebas, mientras que los celos obsesivos no son delirantes, solo se mantienen en una espiral constante de pensamientos de infidelidad.

Síntomas de los celos patológicos

  • Controladores: se ejerce un férreo control sobre la otra persona en la que se incluyen horarios, amistades, ropa, llamadas telefónicas, incluso los casos más graves implementan sistemas de vigilancia como cámaras o grabador de llamadas.
  • Enfado constante: por cualquier razón se ponen a la defensiva proyectando culpa en la otra persona.
  • Sufrimiento: tiene vividos episodios de sufrimiento cuando no están cerca del objeto de su obsesión.
  • Actitud maliciosa: en la que pone al otro como un sospechoso constante.
  • Interpretaciones erróneas: cualquier comportamiento es un motivo de sospecha desde las cosas más banales como un corte de cabello.
  • Agresiones: pueden incluso a llegar al contacto físico.

Si estás dentro de una relación de este tipo lo más aconsejable es que busques ayuda profesional y cortes todo contacto con esa persona que por otra parte también requerirá de especialistas y terapias especiales para superar esta patología.

Alexandra Hidalgo
Disfruto del orden que habita en el caos de ahí mi amor por la moda, la fotografía, los libros y mis peleas con lo absurdo.
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