Studio 54: Auge y Caída del Hedonismo

Studio 54

Recientemente mientras veíamos por Netflix la miniserie “Halston”, dentro de los hechos que rodearon la vida de este afamado diseñador de moda, está el haber sido cliente fiel y habitué de uno de los símbolos de la nocturnidad mundial en la década de los 70 del siglo pasado; un local cuya sola mención alude a música disco, trajes de caballeros de 3 piezas, vestidos vaporosos y holgados en las mujeres, bebidas, cocaína, pasos de baile, quaaludes, sexo sin distinción de géneros o parejas y demás excesos sólo vistos mil años atrás en la era del Imperio Romano. Este espacio era Studio 54, en la ciudad de Nueva York. Pero el templo de la diversión por excelencia de la Gran Manzana no comenzó como una discoteca, sino que tuvo un origen muy diferente.

El local en 1927 cuando era el Gallo Theatre

Este espacio fue diseñado en 1927 por el afamado arquitecto Eugene De Rosa, siendo en un principio conocido como el Gallo Opera House (luego llamado Gallo Theatre) por el nombre de su propietario, Fortune Gallo. Aun cuando tuvo un éxito inicial con una representación de la ópera La Bohéme que duró 3 semanas en cartelera, el espacio no pudo recuperar la atención de la audiencia, cerrando al paso de dos años. Luego reabrió mucho después con nueva gerencia bajo el nombre de The New Yorker, fracasando de nuevo en atraer público, cambiando de manos varias veces hasta que en 1937 se renombró como el WPA Federal Music Project of New York City’s Federal Music Theatre/Theatre of Music, presentando en 1939 y por dos meses una versión con solo actores afro descendientes de la obra The Swing Mikado. En 1940 cierra este espacio, quedando desocupado por 3 años, hasta que en 1943 la CBS lo adquiere y se convierte en el Studio 52.

Uno de los tantos programas de concursos grabados en el CBS Studio 52: The $64,000 Question

Durante poco más de 30 años y bajo la administración de este medio de comunicación, se grabaron programas emblemáticos de la televisión estadounidense –la mayoría de concursos- como What’s My Line?, The $64,000 Question, Beat The Clock, programas de comedia como The Jack Benny Show, programas infantiles como Captain Kangaroo, o telenovelas como Love of Life. Para 1976 CBS muda la mayoría de sus operaciones televisivas al Ed Sullivan Theatre y al CBS Broadcast Center, poniendo a la venta el Studio 52.

Steve Rubell e Ian Schrager

Al tiempo que CBS vendía el espacio, Steve Rubell e Ian Schrager buscaban expandirse en la moda de las discotecas de entonces. Ambos tenían orígenes judíos, con madres dominantes y preocupadas de la vida social en sus comunidades, siendo amigos desde la infancia. En la edad adulta y luego de tener experiencia en el negocio de la restauración, con la ayuda del promotor discográfico Billy Amato son introducidos en el ambiente de la música disco y las discotecas a comienzos de 1975, abriendo ese año una discoteca en la ciudad de Boston, y otra al año siguiente con el nombre The Enchanted Garden en la zona de Queens.

Studio 54
Un día normal en Studio 54 con la gente queriendo entrar

Rubell y Schrager querían expandirse más y abrir una discoteca exclusiva en pleno Manhattan bajo un criterio muy draconiano resumido en dos puntos: uno, que los asistentes tuviesen buen aspecto, fuesen famosos y estuviesen de moda; y dos, no querían personas del tipo “puentes y túneles” (en alusión a quienes vivían en los distritos externos de Manhattan que tenían que usar puentes y túneles para llegar a la ciudad). Además de estos criterios, el local no se reservaba el derecho de admisión, sino que el propio Rubell elegiría a dedo quiénes entraban y quiénes no.

La célebre imagen de la Luna con la cucharilla invitando a consumir sustancias ilícitas

Luego de haber comprado el teatro a CBS, Rubell y Schrager contratan a Scott Bromley como arquitecto, Ron Doud como diseñador de interiores y Brian Thompson como diseñador de iluminación para el proceso de renovación y acondicionamiento del espacio. Para el diseño del logotipo que se haría tan famoso como el local, contrataron al diseñador gráfico Gilbert Lesser. Además, los diseñadores de iluminación Jules Fisher y Paul Marantz crearon el espacio de la pista de baile, mediante escenarios y luces teatrales móviles, aprovechando los circuitos de iluminación televisiva que sobraban y el sistema de grúa existente, creando un espacio dinámico que podía modificarse a conveniencia y que hacía que la multitud estuviese siempre iluminada; de ellos era la obra con luces de neón de un Sol y la Luna que subían y bajaban. En la obra de la Luna, ésta tenía a su lado una cucharilla con luces que simulaban un polvo que entraba por su nariz, en clara alusión a la cocaína que, de acuerdo con una serie de reportajes de prensa poco responsables de la época, decían que “no era perniciosa” (sic). En total, el trabajo de renovación tuvo un costo total de $400.000. Dato: en el local no había la bola de espejos tan popular en otras discotecas.

Bianca Jagger a caballo celebrando su cumpleaños en Studio 54

La gran apertura de Studio 54 se produjo el 26 de abril de 1977, 8 meses antes del estreno del film “Saturday Night Fever” que popularizó la música disco en las masas. Sin embargo el inicio fue algo lento, no tenía mucha popularidad, hasta que el propio Halston le pidió a Rubell y a Schrager que abrieran la disco en lunes (el local cerraba ese día) para celebrar el cumpleaños de su amiga en común Bianca Jagger (para entonces era todavía esposa de Mick) el lunes 2 de mayo de ese año. Estos abrieron la discoteca y Halston, aparte de llevar a sus invitados, llevó un caballo blanco y convocó a periodistas de la fuente de sociales para que fueran al local; en un momento determinado de la noche mientras Liza Minelli cantaba el “Cumpleaños Feliz” y entraba un pastel de celebración, también hacía entrada Bianca montada sobre el caballo. Los periodistas, al ver este espectáculo, tomaron fotografías por doquier que al día siguiente fueron de primera plana, con lo cual las multitudes empezaron a agolparse a las puertas de la disco de inmediato.

Studio 54
Los habitués: Liza Minelli, Bianca Jagger, Andy Warhol y Halston

De entre las muchas particularidades que tenía Studio 54 caben destacar las siguientes: los mesoneros y el barman usaban shorts muy cortos e iban de un lado para el otro con el pecho al aire; las disqueras llevaban sus nuevos temas de disco music a la discoteca para que sonaran por primera vez, al punto que las canciones que luego se harían populares en las radios sonaban primero en Studio 54 (por ejemplo, “I Will Survive” de Gloria Gaynor); la selección en la puerta hecha por Rubell era tan particular que fácilmente podían estar juntos una maestra de escuela y Andy Warhol o un contador público junto a Elizabeth Taylor; además de la pista de baile y la parte superior, el local tenía un sótano con reservados VIP que se cubrían con telas, en donde sucedían toda clase de cosas –literalmente-; los asistentes podían tener sexo en cualquier lugar (la parte superior tenía los muebles forrados con vinil para facilitar el proceso de limpieza al siguiente día); las fiestas temáticas eran casi representaciones teatrales (la de Halloween rivalizaba con el desfile de Noche de Brujas de West Hollywood, las celebraciones de Fin de Año de 1977 y 1978 eran tan lujosas que sólo se podía entrar con smoking y traje largo); el consumo de drogas era en tal magnitud que habría sido el paraíso para una redada de la DEA; debido a que en el comienzo estaban licitando la licencia para la venta de alcohol, se gestionaban permisos de un día que se usaban y renovaban para eventos políticos o bodas, haciendo que la Oficina de Licor del Estado de Nueva York allanara el local, solo permitiendo que vendieran jugos y gaseosas, y aun así la disco estaba llena a reventar; en fin, eran estas y muchas más particularidades las que hacían de Studio 54 el sitio más in del planeta Tierra. Hasta que la fiesta se detuvo de repente.

En una entrevista de diciembre de 1978 que fue divulgada por muchos medios, Steve Rubell afirmó que en su primer año Studio 54 había ganado más de $7 millones, una cifra que “solo la mafia podía facturar más dinero” –hay quienes veían a Rubell salir de la discoteca en horas de oficina con una chaqueta gigante de Norma Kamali forrada por dentro con fajos de billetes-. Esta declaración, más la información pasada por un anónimo, levantó las alarmas de la Oficina de Recaudación de Impuestos, conocida por las siglas IRS, quienes al siguiente mes hicieron una redada donde encontraron dinero escondido en diferentes sitios, desde baños hasta en los techos de cielorraso, además de libros contables donde se registraron operaciones fraudulentas, incluyendo información sobre ventas de drogas con montos y nombres. Rubell y Schrager fueron acusados de fraude fiscal por el orden de $ 2.500.000 en ingresos no declarados, obstrucción de la justicia y tráfico de narcóticos; serían condenados a 3 años y medio junto con una fianza de $ 20.000 por evasión fiscal. Al final, cumplieron una condena de 1 año y dos meses.

Studio 54
La iconica pista de baile de Studio 54

El día anterior a su entrada en la cárcel, dieron una gran fiesta en Studio 54 en la noche del 2 al 3 de febrero de 1980, con Diana Ross y Liza Minnelli dando una serenata a Rubell y Schrager. Entre los invitados esa noche estaban Ryan O’Neal, Farrah Fawcett, Mariel Hemingway, Jocelyn Wildenstein, Richard Gere, Gia Carangi, Jack Nicholson, Reggie Jackson y Sylvester Stallone. 1 hora antes de cerrar, Steve Rubell puso a sonar sin parar “I Will Survive” de Gloria Gaynor. 9 meses después, el local fue vendido por $4.75 millones al promotor Mark Fleischman aunque Rubell y Schrager tenían opción a rentarlo. Pero bajo la nueva administración el ambiente y los asistentes ya no eran los mismos: meses antes en un evento deportivo en Chicago se hizo el Disco Demolition que simbolizó el fin de la música disco en el gusto de la gente, ya era la década de los 80 y los gustos musicales se hacían más pop y menos bailables, las bajas por sobredosis de drogas así como las asistencias a clínicas de rehabilitación eran cada vez más masivas, y un fantasma apareció tras años de libertinaje sexual: SIDA.

El local en la actualidad

Tiempo después el local pasaría a diferentes manos bajo nombres tan variados como The Ritz, Cabaret Royale, incluso la Roundabout Theatre Company mudó sus operaciones y su espectáculos al Studio 54. En la actualidad, además de la compañía de teatro, en la parte superior del local está el nightclub Upstairs at Studio 54, donde se han presentado artistas de la talla de Gloria Estefan, Mark Ronson o Jody Watley, por citar unos cuantos.

Studio 54
Fiesta de Fin de Año en Studio 54 en 1977

¿Y cuál fue el aporte cultural que generó Studio 54? Podemos citar varios, como por ejemplo:

  • La marca de ropa italiana Fiorucci era conocida en la década de los 70 como “la Studio 54 de día”.
  • Marcas como Calvin Klein (quien era asiduo de Studio 54), Michael Kors o NARS Cosmetics lnazaron en 2019 colecciones de ropa y cosméticos, inspirados en estos años glamorosos y hedonistas.
  • La casa disquera Casablanca Records (de la que formaba parte la “Reina del Disco” Donna Summer) lanzó en 1979 un compilatorio de nombre “A Night at Studio 54”, llegando al número 21 en la lista Billboard.
  • Filmes como “54” o el documental “Studio 54”, se han estrenado como cápsulas de tiempo que muestran lo que fueron esos años.
  • La emisora de radio satelital Sirius XM lanzó en 2011 la estación Studio 54 Radio con una programación consistente en disco music de los 70 y música bailable hasta el año 2000, con el ex portero del local, Mark Benecke y Myra Scheer como presentadores, además de tener testimoniales de aquellos que fueron clientes en los tiempos de gloria.
  • La cantante británica Dua Lipa, a raíz de la pandemia del coronavirus que la obligó a suspender su gira, lanzó el año pasado un concierto online via streaming por la plataforma LIVENow de nombre Studio 2054, en clara alusión e inspiración al local de Steve Rubell e Ian Schrager.
Studio 54. El último símbolo del hedonismo

En definitiva, Studio 54 marcó una época en el entretenimiento mundial, sentando las bases para el ítalo disco que vino en la década posterior, la cultura dance y rave de la década de los 90, y en la cultura de la vida nocturna que desde entonces ha visto venir y desaparecer bares, discotecas, y demás sitios de diversión nocturna, pero que no han tenido la trascendencia socio cultural que tuvo el local 254 de la calle 54 Oeste de Manhattan.

Parafraseando a Michael Jackson: Bailemos, gritemos, movamos el cuerpo.

Frank Black
Ingeniero de Sistemas. Social Media Manager. Director e Instructor en Marketing Digital. Twittero. Tolkeniano. Beatle fan. Apple fan. Hedonista. Buscador de tendencias.
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