Un menú real

En 1981 se realizó la boda del siglo, una ceremonia que parecía sacada de un cuento de hadas. El príncipe de Gales y su bella novia, Lady Diana Spencer, capturaron la atención de todo el mundo el 29 de julio de ese año.

¿Qué comieron los elegidos a participar de tan famosa unión? Desde rodaballo en salsa de langosta hasta pollo a la Princesa de Gales relleno con mousse de cordero.

Lo más llamativo no fue eso, sino la «dulzura» del banquete que la Familia Real Británica ofreció a 120 invitados en el Palacio de Buckingham, en el cual se sirvieron 27 fabulosas y deliciosas tortas que fueron las delicias de los golosos, incluyendo la oficial: una torta de frutas secas de un metro y medio de altura con cobertura blanca,  realizado por la escuela de cocina de la Marina Real, la cual pesaba 100 kilos y contaba con nada más y nada menos que cinco pisos.

Tanto la masa como el relleno, mazapán, helado, guindas, mantequilla, azúcar marrón, huevos, almendras, especias, harina, limón, naranja, brandy y ron, estuvieron en maceración desde el mes de marzo anterior al banquete en diferentes licores y aguardientes debido a que su preparación había comenzado 14 semanas antes.

Como ornamentación, contaba con una cascada de orquídeas blancas y lilas, símbolos del amor puro, incondicional y eterno, así como las iniciales de los novios y el escudo de la Casa de Windsor, dinastía reinante en el Reino Unido.

La Boda Real del momento ¡Buen Provecho!

Ahora con la Boda Real del Príncipe Harry y Meghan Markle, los preparativos  se encuentran ya en la recta final, también en cuanto al menú, el cual está bajo la dirección del chef de la reina, Mark Flanagan. El equipo de increíbles cocineros preparará un menú de platos clásicos ingleses y verduras de temporada. Muchos de los ingredientes que se usarán son productos frescos de las fincas de la casa real británica.

Los canapés, que serán principalmente agridulces, están pensados para comer en dos bocados y los cuencos se disfrutarán mientras los invitados permanecen de pie en el majestuoso salón de San George del Castillo de Windsor.

Esta recepción será ofrecida por la Reina Isabel II, mientras que por la noche habrá una cena privada para 200 invitados organizada por el Príncipe De Gales, padre de Harry, en la mansión Frogmore House, próxima a Windsor (a las afueras de Londres).

Según el chef, los novios se han implicado al detalle en el mismo. Se sabe que están preparando trufas de chocolate, muy típicas de Windsor, de las que se ocupará el chef de repostería Selwyn Stoby. Su equipo ha batido Creme brulee en miniaturas, galletas con mango y panna cotta y macarrones amarillos para el espectáculo Windsor Horse.

Por otra parte, será la repostera Claire Ptak quien prepare el pastel de bodas del Príncipe y Meghan en las cocinas del Palacio de Buckingham. Elaborará un pastel de limón y flor de saúco que estará cubierto de crema de mantequilla y flores naturales, el cual se estima que fue uno de los grandes gastos de la Boda Real, unos 149 mil dólares.

Cabe destacar que los medios británicos estiman que serán necesarias unas 17.000 copas de champán y vino durante el convite, se dio a conocer que al menos 2,300 botellas de bebidas han sido compradas para la celebración de la boda, de ellas se calcula que, como mínimo, se abrirán 650 botellas de vino, unas 1.700 de champán, algunas de Whiskey, así como también cócteles variados. Se calcula que todo esto tiene un valor aproximado de unos 260 mil dólares.

A las 500 personas que forman parte del servicio del Castillo de Windsor, se le unirán unos 1.000 camareros para atender a todos los invitados al banquete nupcial, que tendrá lugar en el Salón de San Jorge -espacio habitual de grandes celebraciones y cenas de Estado-  y mientras estos 600 invitados disfrutarán de esta agasajo preparada por chefs de renombre; las 1200 personas que están invitadas al interior de los jardines del palacio tendrían que traer su bebida su comida y hacer un pícnic.

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