Todos esperamos desesperadamente el verano. La época que cuando llega por fin explotan un sin fin de cosas divertidas por hacer. El verano es un bien necesario para cualquier persona en este planeta.
Sirve para dividir periodos, multiplicar aventuras, restar estrés y sumar buenos recuerdos. Pero el verano también puede ser dañino para nuestro cabello.
Por todos es muy bien sabido que el salitre del mar, el cloro de las piscinas y los efectos de los rayos UV hacen del verano una época especialmente complicada para el cabello.
El sol
En el verano los rayos ultravioletas son más intensos y afectan de forma negativa en el cabello en dos aspectos. En primer lugar, producen lo que llamamos efluvio telógeno, que es una caída alarmante y repentina que se produce a los dos o tres meses de una exposición solar aguda. Por otra parte, los rayos solares modifican el tallo del pelo, principalmente su estructurar cuticular. Esto hace que cambie el color (por degradación de los pigmentos naturales o químicos), que haya mayor fragilidad, porosidad.
Recogidos con el pelo mojado
Tener el cabello húmedo y recogido no afecta por la humedad, pero sí por la tracción constante a la que se somete el cabello. Esa tracción, dependiendo de la resistencia que tenga el cabello (que viene condicionada genéticamente y es diferente en cada persona). tendrá más tendencia a la fractura o menos. Igual que cuando utilizamos gomas, lo estamos dañando mecánicamente.
La humedad
La estructura cuticular del cabello sella. Pero esa estructura en verano (por el sol y los químicos) se abre y se hace más porosa favoreciendo la penetración de cualquier agente externo al tallo principal. Cuando penetra la humedad, cambia las características del pelo haciendo que se rice más.
El cloro de las piscinas
Es un químico que cambia el pH y daña la estructura cuticular externa y favorece que todo penetre más fácilmente.
El viento.
Por sí mismo, no quiebra, ni reseca el cabello, lo único que, por lógica, te lo despeina y tienes que tener cuidado al desenredarlo para no romperlo.
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Resumiendo, lo principal para cuidar el cabello en verano es el lavado cuando haga falta con un champú de uso frecuente, hidratarlo bien con acondicionadores, mascarillas, sérums. Evitar utilizar secadores y planchas a diario. Durante el día ponerse fotoprotector y utilizar también sombreros o pañuelos para proteger.
¡Protege tu cabello este verano y disfruta los días que te quedan en la playa!