Voguing: ¿Listos para bailar?

voguing

Es muy probable que sepas de qué va este tipo de danza si como nosotros eres fans de RuPaul’s Drag Race, Pose o Madonna. También pudiste haber oído de él viendo el documental Paris is burning en Netflix. Lo cierto es que el voguing está cada vez más afianzado en nuestro consciente cultural. Pero, ¿cómo y cuándo llego? Y, ¿por qué su nombre se asemeja a la biblia de la moda? ¡Despejamos las incógnitas!

El origen del voguing se le atribuye a los salones de baile de Nueva York en los años 80, donde las comunidades latinas y negras queer de Harlem le dieron a luz. Entre los años 60 y 80 las competiciones drag de la ciudad habían pasado de ser eventos muy similares a los concursos tradicionales de belleza a batallas de voguing.

voguing

Los concursantes de estas actividades competían por el trofeo y defendían la reputación de sus “casas” en distintas categorías como “Realeza ejecutiva” y “Town & Country”, los miembros inscritos podían ser gay, trans y queer. Las casas donde pertenecían estos participantes normalmente eran bautizadas en honor a famosas casas de moda de Paris y Milán lo que generaba que sus miembros utilizaran como apellidos los nombres de sus casas. Ejemplo de ello son las estrellas contemporáneas como Asia Balenciaga, Tamiyah Mugler  o Cesar Valentino.

Estas casas, además de apoyar a posibles candidatas, constan de miembros que sirven como una suerte de madre o padre para aquellos miembros de la comunidad que a día de hoy aún son marginados por sus familias consanguíneas por razones de género, sexualidad o raza. Esto lo vuelve un lugar seguro para sus miembros ya que se apoyan unos a otros aun fuera de los salones de baile.

El voguing en los salones de baile surgió por la inspiración de las poses de las modelos que salían en las páginas de la tan afamada revista Vogue y que además también se vio influenciado por los jeroglíficos egipcios y movimientos de gimnasia.

El personaje que los voguers adoptaban eran una parodia codificada de la feminidad blanca que, a su vez glorificaba los ideales de belleza, sexualidad y clase. También era una herramienta que los asistentes de bailes tenían para contar determinadas historias y sirvió de cierto modo para responder a la crisis del SIDA de la época.

Con el pasar del tiempo, la manera de hacer voguing fue cambiando mas no sus casas, la manera ‘antigua’ que enfatizaba líneas sólidas, la simetría y los ángulos cerrados que asemejaban el pasar de las hojas de manera rápida vio su cambio a finales de los 80.

La forma nueva trajo consigo una mayor fluidez y flexibilidad para practicar el voguing, añadiendo movimientos como el caminar de pato, andar sobre la pasarela, giros y saltos. Hoy por hoy el “new mood” abarca movimientos rígidos, taconeo y entrelazados de manos.

Con tanta riqueza visual no es de extrañar que atrajera la atención de estrellas como Madonna quien al ver estos movimientos por primera vez en 1990 en un club llamado Sound Factory en Manhattan pidió al bailarín dominicano y miembro de la casa Xtravaganza, José Gutiérrez que diseñara la coreografía que veríamos en su video musical. Gutiérrez acompañó a la legendaria cantante en su gira mundial Blond Ambition y el sencillo alcanzó el número 1 en 30 países alrededor del mundo y el voguing saltó de Nueva York al mundo entero.

Han pasado casi 40 años desde su creación y el voguing está viendo un nuevo renacer en la cultura popular. Las escuelas de baile están enseñando a todo aquel que quiera cómo bailar al estilo Vogue mientras emulan a sus artistas favoritos.

El súper poder del voguing reside en mantenerse cercano a sus raíces, incluso con el surgimiento de nuevos estilos y comunidades. Un movimiento que comenzó en Harlem es ahora una comunidad integradora. El voguing trata sobre la libertad para expresar tu ser más auténtico no importa quién seas o cómo seas, a través de él puedes contar tu historia y adoptar cualquier identidad que desees, además te brinda la capacidad de entender, apreciar y respetar la gran labor que la comunidad queer ha ido desarrollando para pervivir.

Alexandra Hidalgo
Disfruto del orden que habita en el caos de ahí mi amor por la moda, la fotografía, los libros y mis peleas con lo absurdo.
TendencyBook