¿Ya te habíamos hablado de la manicura japonesa?

¿Ya te habíamos hablado de la manicura japonesa?

Paradójicamente estamos ante una manicura que es una técnica ancestral que es ideal para que nuestras uñas estén preciosas sin tener que pintarlas y así hacer un descanso entre sesiones de semipermanente. En época de vacaciones solemos descuidar el mantenimiento de nuestras uñas, así que nada mejor que aplicar un clásico de la cultura japonesa para tener una presentación personal de diez.

Esta técnica se centra en lograr unas uñas hidratadas y nutridas con una apariencia natural. Para ello se emplean una serie de productos de cuidado que logran ese toque saludable que nos seduce cada vez más por ese tono rosa y brillo natural.

Otro aspecto interesante, es que los expertos recomiendan la manicura japonesa a aquellas personas que en determinados momentos tienen las uñas agrietadas o que quieren mantener las uñas con un brillo bonito en entornos un tanto hostiles por la exposición excesiva al sol, el salitre del mar, la arena o el cloro de las piscinas.

¿Qué debemos tener en cuenta?

Lo primero a tener en cuenta es dejar como mínimo las uñas sin pintar durante 24 horas entre esmaltado y esmaltado, de esta manera las dejamos respirar y la superficie se prepara para una manicura más duradera.

Si acudimos a un centro especializado nos encontraremos como inicio de la sesión un limado de uñas, retirado de cutículas, un masaje con aceites hidratantes, finalizando con un pulido de gamuza para suavizar y limpiar las uñas y darles ese aspecto tan brillante sin necesidad de esmalte.

Para realizarlas en nuestras casas, debemos contar con un taco pulidor y finalizar con el uso de una base fortalecedora o antiestrías, no solo cuidará de nuestras uñas, sino que también aportará un brillo natural, los expertos en la materia aseguran que no es recomendable dejar las uñas desprovistas de brillo y base ya que el aire puede debilitarlas y hacerlas más quebradizas.

¿Qué dices, te animas a esta onda healthy nails?

Alexandra Hidalgo
Disfruto del orden que habita en el caos de ahí mi amor por la moda, la fotografía, los libros y mis peleas con lo absurdo.
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