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Por qué amaremos siempre el café, pase lo que pase

Una taza de café puede significar muchas cosas, por ejemplo, una tarde de risas con nuestros mejores amigos en el local de la esquina, un poco de calor reconfortante en las largas noches de trabajo, un beso no dado en las mañanas o un olor que nos evoca a un lugar feliz donde nuestras personas favoritas lo tomaban mientas pensaban. ¿Sabes cómo el café en grano llega a nuestras tazas?

Como ves, el café no solo es una bebida caliente que nos da un chute de energía; son emociones, recuerdos y un estado en sí mismo, así que vamos a contarte otras razones para que sigas amando el café en todas sus presentaciones.

El consumo de café se originó en Etiopia y se extendió entre los musulmanes en 1583, pero llega a occidente gracias a un médico alemán llamado Leonard Rauwolf que vivió una década en Oriente Medio y lo describió así: “Una bebida tan negra como la tinta, útil contra numerosos males, en particular los males de estómago. Sus consumidores lo toman por la mañana, con toda franqueza, en una copa de porcelana que pasa de uno a otro y de la que cada uno toma un vaso lleno. Está formada por agua y el fruto de un arbusto llamado bunnu”.

No todos los cafés son iguales y por ello es que se habla de café de especialidad. Factores como el clima, la altitud o el terreno influyen en el fruto y, por tanto, en la semilla. Además de esto, el proceso de recolección, tostado y preparado también son importantes en el producto final: la taza de café que preparas o que te preparan cada mañana.

Como dijimos antes, el café tiene un sinfín de beneficios entre los cuales se encuentran:

Y tú, ¿por qué tomas café?