En las películas y series de televisión estamos acostumbrados a ver cómo los actores parecen tener los dientes perfectos, es decir, sin imperfecciones y blancos. Sin embargo, es difícil obtener este tipo de dentadura sin ningún tipo de procedimiento por medio.
Para lograr una sonrisa bonita, dos tratamientos que dan muy buenos resultados son las carillas dentales y los blanqueamientos dentales. A continuación, vamos a ver en qué consisten y qué ventajas presentan cada uno de ellos.
¿Qué son las carillas dentales?
Generalmente, son láminas hechas de cerámica que se añaden a la parte frontal del diente para así lograr corregir varios aspectos como la forma, el tamaño o el color. En algunos casos, también pueden estar hechos de composite.
Para llevar a cabo este proceso dental es necesario al menos visitar dos veces al odontólogo, puesto que en la primera ocasión se estudia la mandíbula del paciente y se establece la forma, color, tamaño y brillo de la dentadura acorde a su fisionomía. En la próxima sesión o en las siguientes, se procede a pegar las carillas previamente diseñadas en un laboratorio con un pegamento elaborado a base de cemento de resina.
Este tipo de procedimiento es una de las soluciones más duraderas y conservadoras a la hora de conseguir una buena dentadura. Además, al tratarse de una técnica muy poco invasiva es difícil afectar algún nervio. Eso conlleva también que la recuperación sea muy sencilla y de poco tiempo, por lo que se puede llevar vida normal casi inmediatamente.
¿Y el blanqueamiento dental?
Los blanqueamientos dentales son uno de los tratamientos más demandados en aquellas personas que solo desean lucir una sonrisa más blanca y que no necesitan corregir otras imperfecciones.
Este procedimiento se puede realizar tanto en la consulta del dentista como en casa, siempre que haya revisiones periódicas y se sigan las recomendaciones del especialista. Por lo tanto, resulta bastante cómodo. El blanqueamiento dental dura unos 30 minutos en total y durante él hay que aplicar tres veces el agente blanqueador, una cada 10 minutos. Los resultados se pueden ver prácticamente desde el principio, con pocas sesiones.
Para lograr un resultado todavía mejor, lo ideal es que se combinen los blanqueamientos dentales tanto en consulta como en el domicilio al utilizar dos técnicas diferentes. De esta manera, se logra un resultado que dura más en el tiempo. Sin embargo, hay algunos hábitos que pueden hacer que haya que volver a llevar a cabo esta técnica más frecuentemente, como fumar, las bebidas con colorantes o taninos o una mala higiene bucal, por lo que es recomendable seguir las pautas del odontólogo.
De entre los aspectos positivos, sobre todo, llama la atención que se trate de una técnica completamente indolora, que se puede realizar en todas las personas y que no daña en ningún momento el esmalte.
Es gracias a estos procedimientos que la mayoría de famosos lucen la sonrisa que tienen. Y no es de extrañar, ya que una buena dentadura nos ofrece grandes beneficios no solo físicos en cuanto al cuidado de nuestros dientes, sino también mentales al ganar más confianza en nosotros mismos y autoestima.