Me encuentro entre quienes están a favor de su nuevo trabajo, pues tienen mucho más peso todos los elementos de su puesta en escena que generaron mi aceptación, sorpresa y admiración frente a la forma impecablemente asombrosa -técnica y actoralmente- en la cual es contada la historia, que un único factor que, por sí solo, no habría ejercido en mí un efecto contundente: La historia misma (‘per se’), que no me atraparía ni me haría sentir el más mínimo sobresalto si no estuviese presentada de esta manera tan impredecible extrema, pues contiene elementos comunes a todas las pertenecientes al género ‘terror’, aunque el film esté enmarcado entre éste y el ‘suspenso’ y, perteneciendo más a este último, termine desembocando en aquél…
Al salir de la Función Privada, escuché a una colega decir: “Pienso que es la peor película que he visto últimamente. ¡Desesperante!. Quería que terminara. El director debería saber cuándo debe parar”. Respondí que, en mi opinión, el desenfreno narrativo en este film es lo más significativo de su Dirección (la cual me parece extraordinaria), pues se trata del ‘sello’ que la hace diferente pese a moverse dentro de ese género, ya que se trata de ‘Cine de Autor’… Otro colega sólo me dijo: “Es la película de Aronofsky que menos me gusta”, a lo cual respondí que siento lo mismo, pero, sin embargo, me parece buena y me gusta, aunque menos que otras de él, pues aunque no hay nada que me impresione de la historia por sí misma (lo cual acabo de explicar en el párrafo anterior), opino que la forma de contarla es muy valiente, digna de admiración, por los riesgos que implica, siendo su trabajo más arriesgado, lo cual suscita mi aprobación.
En cada película de Darren Aronofsky es infaltable alguna situación extrema: En ‘Requiem para un Sueño’ surge una orgía… En ‘Pi, El Órden del Caos!’, una auto-lobotomía… En ‘Black Swan’ (por la cual Natalie Portman obtuvo el Oscar a ‘mejor Actriz’), una suerte de harakiri… Y en ‘mother!’, las circunstancias con las cuales se enfrenta el espectador son percibidas como más extremas que sus predecesoras, debido a su duración, la cual maximiza el temor y el asombro y presenta la conducta humana, llevada a su expresión más salvaje e incontenible, como un insospechado peligro, difícil de vencer, casi comparable a los fenómenos naturales cuya furia azota, tristemente, a gran parte del globo terráqueo sin que podamos evitar su ataque. Esta cinta extremadamente simbológica, nos da la posibilidad de muchas interpretaciones acerca de complejos mensajes, tales como: La dudosa utilidad del sacrificio por amor, las consecuencias de la necesidad de fama, el extremismo, la Fé, religión, muerte, trascendencia, complejos, ritualismo, Ego y más, todo desarrollado dentro de una casa de campo, aparentemente sencilla, donde suceden muchas cosas a unos personajes cuyos nombres nunca llegamos a conocer, quienes aman a su manera: Ella a su esposo y él a su casa (reconstruída por ella) y su fama, la cual siente que se le escapa.
El aspecto visual, milimétricamente preparado durante los meses previos al rodaje y el sonido, tan aterrorizante como magistral, son elementos suficientemente relevantes y diferentes como para hacer historia. Mi conclusión: Se trata de una película importante, que debe ser tenida en cuenta, analizada, reseñada (por supuesto, vista), independientemente de lo tanto que nos guste o que la detestemos…
Es amada y odiada. Ha dividido a la Crítica… con sus minúsculas y su signo de admiración. Me declaro a su favor.
Por Moraima Blanco