En esta nota comentamos sobre seis palabras que escuchamos una y otra vez mal utilizadas y cuyo significado vale la pena conocer cuando se es amante de los vinos.
- Varietal. Cuando se habla de un vino varietal debería referirse a un vino que tiene un alto porcentaje de una determinada uva (de acuerdo con el país este porcentaje puede variar de 75 a 80 hasta 100%), lo contrario de un vino varietal es un vino coupage, blend, meritage o cualquier otro vino que combine diversas uvas. Erróneamente se dice que el vino entry leve, el más económico y habitualmente sin paso por madera como varietal, así que se debe evitar.
- Bouquet. Esta puede ser controversial, sin embargo, por convención, bouquet es el conjunto de aromas que desarrolla el vino tras una prolongada guarda. De tal manera que en los vinos jóvenes hablaríamos de aromas y en los más maduro de bouquet.
- Corcho. No se llama de forma genérica corcho a cualquier cierre de vino. Corcho, como su nombre lo indica, sólo debería llamarse al tipo de cierre o tapón elaborado a partir de la corteza del alcornoque mientras las otras opciones podrían ser tapones de plástico u otros materiales sustitutos del corcho.
- Cata. El disfrute e incluso la evaluación de un vino a partir de lo que se percibe a través de los sentidos es una degustación ya que el carácter de cata se lo otorgaría hacer la evaluación con el fin de emitir un juicio cualitativo o cuantitativo de tipo profesional.
- Amargor (cuando se quiere decir acidez). La acidez es esperable en un vino, en muchos casos deseables: el amargor es un defecto. Cuando surge esta duda en catas siempre sugiero el mismo ejercicio probar primero media cucharadita de vinagre blanco, tomar agua, limpiar el paladar con pan, y probar media cucharadita de jugo de naranja recién exprimido. El vinagre es la medida del amargor y el jugo de la acidez.
- Decantar. A no ser que se trate de un vino que efectivamente tiene sedimentos y estamos tomando precauciones para que esos sedimentos no lleguen a la copa no estamos decantando sino muy probablemente oxigenando el vino como cuando vaciamos la botella en un decanter para que despierte sus sabores y aromas.