¿Quiénes son? ¿De dónde salieron? ¿Por qué importan tanto? De unos años para acá la palabra influencers nos acompaña a donde quiera que vayamos. De hecho muchos de los productos que estamos dispuestos a adquirir nos han sido previamente vendidos por ellos.
Un influencer es una persona que cuenta con cierta credibilidad en una materia específica y por su presencia e influencia en redes puede llegar a convertirse en un embajador de una marca. Su importancia radica en poseer una legitimidad a la hora de ofertar un producto o servicio.
Su importancia radica en ser una referencia positiva para un producto, no es lo mismo que una supermodelo te venda una máscara de pestañas a través de un comercial a que una maquilladora de confianza te la recomiende, por ese elemento cercano somos más propensos a confiar en estas personalidades de las redes sociales.
El marketing de influencers se ha vuelto una maravillosa opción para que las marcas puedan llegar al público millenial. Un solo post de estos reyes de las redes puede incrementar las ventas a niveles casi ridículos convirtiendo el número de seguidores de alguien en oro puro para las empresas. Ahora, si el vínculo entre la marca y el influencer es malo, el impacto en sus publicidades puede ser atroz.
El beneficio de este tipo de estrategias son múltiples, pero la más importante es la mejora de imagen que representa para una marca, la generación de conversaciones sobre los productos dentro de las redes y la capacidad de llegar a públicos más jóvenes. Además que una buena campaña en redes siempre saldrá más económica que una en televisión.
Un estudio indicó que los influencers son la herramienta digital con mejor retorno de inversión, incluso más que las estrategias de posicionamiento o la publicidad que proporciona la app de Instagram. Trabajar con un “chico de las redes” logra llegar a un público objetivo y da una credibilidad a los mensajes y potencia una interacción que las viejas campañas publicitarias no lograban al 100%.
Cuánto tiempo estarán entre nosotros, no lo sabemos. La tecnología es una herramienta que está en constante cambio. Hace algunos años cuando nuestro teléfono era lo mejor por pasar pin y tener un acceso minúsculo a Internet no imaginábamos que hoy contaríamos con pantallas táctiles de una nitidez alucinante y que consumiríamos nuestras horas muertas – y no tan muertas- viendo fotos de un mundo por descubrir, perritos haciendo malabarismos o recetas que probablemente nunca nos salgan. Tal vez mañana salga una nueva forma de estar conectados que hagan que los influencers sean solo un recuerdo de cómo la publicidad se adapta a los tiempos que corren.