Los colores son de esas muchas cosas que damos por sentadas en nuestras vidas; al estar acostumbrados a recibir multitud de tonalidades nos cuesta un poco más apreciar su impacto en nuestras vidas. Sin embargo, estamos ante una herramienta poderosa que nos puede ayudar a ubicarnos en determinados estados de ánimo y a generar una imagen detallada de cómo queremos ser percibidos en determinados entornos. Por eso, dime cómo te quieres sentir y te digo qué color vestir.
¿Por qué los colores tienen esta influencia?
La ciencia se ha encargado por años en determinar las razones por la que los seres humanos respondemos al estímulo de los colores, a tal punto que cambiamos nuestra conducta y por ende nuestras emociones. Funciona de la siguiente manera: los colores llegan a la retina como longitudes de onda, que se transforman en impulsos eléctricos que van a parar al sistema nervioso central, siendo específicos al hipotálamo, encargado de los procesos hormonales y endocrinos.
Clasificación de los colores
Se agrupan principalmente por sus tipos, que son los cálidos y fríos, los primeros se les reconoce por tener una base amarillenta o rojiza y están vinculadas a emociones confortables e irritantes; mientras que los fríos tienen una base azulada, pueden provocar calma y seguridad pero también tristeza e indiferencia.
Conseguir el balance justo para despertar las emociones deseadas, tiene que ver con la saturación y tono de dicho color, además de con qué otros colores estemos combinándolos. Un hecho curioso es el color marrón puro, está vinculado a la austeridad, a la naturaleza y a la sencillez por lo que al vestir no resulta tan favorecedor, incluso abogados han sugerido a sus clientes utilizar este color durante los juicios en los que existe la posibilidad de ser declarados culpables para influir en la percepción del jurado.
El lenguaje del color
Estas son las propiedades universales de los colores principales:
- Rojo: Es un color que estimula nuestros sentidos, razón por la cual está vinculada a la idea del amor apasionado y envolvente, es un color que transmite poder y fuerza, pero que en altas dosis puede resultar agresivo o transmitir miedo por su relación con la sangre y el fuego.
- Verde: De la paleta cromática es el más relajante y liberador para la mente por su vinculación con la naturaleza, también conocido como el color de la esperanza, evoca armonía y equilibrio. Cuando sus matices van hacia lo amarillo, tiende a ser asociado con la envidia y la enfermedad.
- Azul: Es el color de lo sabio, lo tranquilo y lo calmado; también se vincula a la seguridad y el respeto. Es muchas veces utilizado para reducir los niveles de estrés y ansiedad teniendo efectos en el ritmo cardíaco; aunque es posible asociarlo a la tristeza y la frialdad, de ahí que el lunes más deprimente se le conoce como “Blue Monday”.
- Amarillo: Es el color del sol, por ende es asociado a la vida y a la alegría; genera confianza, optimismo y creatividad. Ayuda a potenciar la concentración y energía, se vincula con la abundancia y el éxito. Su lado negativo está relacionado con la depresión, locura y el suicidio.
- Naranja: Es el color por excelencia de la sensualidad, la abundancia y la juventud, así mismo se asocia con el éxito y la ambición pero, también, con la frivolidad y la inmadurez.
- Morado: Asociado a la espiritualidad, es vinculado con la verdad, lo auténtico, el poder y ambición, razón por la cual las monarquías utilizan mucho este color en sus actos protocolares. Así mismo, puede reflejar romance, misterio, decadencia e introversión.
- Blanco: Asociado al bienestar emocional, a la luz, a las buenas acciones y la perfección. Antiguamente, era relacionado con la soberbia y la pureza.
- Negro: Conocido por elegante y sobrio, es normalmente vinculado con la soledad, el aislamiento, acontecimientos tristes como la pérdida, duelo, enfermedades, peligro y muerte.
Ahora que sabes esto, sería un buen hábito decidir con antelación tu atuendo tomando en cuenta factores como: ¿a dónde voy? ¿Quiero verme cálida o distante?
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