Una hamburguesa de carne que no es de vaca

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Una de las grandes preocupaciones de organizaciones como la ONU es el aumento de la población mundial y que, con este incremento, se produzca un aumento en el consumo de carne animal. Las predicciones apuntan a que en el año 2050, con una población de 9.800 millones de personas, la humanidad consumirá un 70% más de carne que, por ejemplo, el año 2005. Empresas como Beyond Meat e Impossible Foods, que cuentan con Bill Gates como uno de sus accionistas, están ofreciendo alternativas sobre alimentación con impacto ambiental reducido.

La carne que producen estas empresas utilizan proteínas de guisantes, soja, trigo, papas y aceites vegetales con el objetivo de imitar la textura y sabor de la carne de animal. Una de las nuevas fábricas de Beyond Meat, una propiedad de 2.400 metros cuadrados en el estado de California, ya ha vendido más de 30.000 hamburguesas en tiendas y restaurantes. Esta estadística es proporcionada por el centro de Sistemas Sostenibles de la Universidad de Michigan. La producción de una hamburguesa en esta compañía, generaría, aproximadamente, un 90% menos de emisiones de gases de efecto invernadero que una hamburguesa convencional hecha de carne con origen vacuno.

La cría de animales con respecto al medio ambiente

La cría de animales con propósitos de consumo humano es una de las cosas que más impacta el medio ambiente de forma negativa. Producir un kilo de proteína cárnica con métodos occidentalizados, requiere entre cuatro y veinticinco veces más agua, seis y diecisiete veces más tierra y entre seis y veinte veces más combustible fósil en comparación a la producción de un kilo de proteína vegetal.

El cultivo de carne en laboratorio hace necesario la extracción de tejido muscular en los animales y, posteriormente, cultivarlo en biorreactores. El producto final que se obtiene es sumamente parecido al que obtendríamos de forma convencional de un animal. Uno de los aspectos que está interrumpiendo el curso fluido de esta novedosa forma de producir carne para consumo, es el sabor de la misma. Un equipo de la Universidad de Maastricht, Países Bajos, que se encuentra intentando producir carne a escala dentro de sus laboratorios, cree que en el año 2020 el costo de una hamburguesa cultivada en el laboratorio podría ser parecido al de una hamburguesa de vaca.

Por otro lado, uno de los factores que aún debe mejorar la industria es aumentar los beneficios del impacto ambiental. Un informe reciente del Foro Económico Mundial afirma que las emisiones de la carne cultivada en el laboratorio solo serían un 7 % menores que las que genera la producción de carne de vacuno.

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