Que tu etiqueta, no te etiquete

etiqueta

La etiqueta de nuestra ropa siempre ha sido un punto de quiebre para quienes somos de tallas grandes. No a todos, pero sí a un grupo importante. Nos han enseñado a todos que el número que refleja la etiqueta es directamente proporcional a nuestra valía. Mientras más chica sea la talla, más hermosas y exitosas somos, lo contrario si el número de nuestra etiqueta es mayor. Se supone que refleja dejadez, fracaso, fealdad y el largo etcétera que ya conocemos.

En la limpieza de closet que muchos están haciendo, o en el sube y baja de peso normal que muchos están teniendo, como si no fuera poco estar atravesando una pandemia, está provocando debates internos, depresiones y diatribas personales bastante serias.

¿Qué me pasó?”  “¡Mírame como me puse!” Y frases condenatorias muy duras con nosotros mismos y de salpicón para con aquellos que tienen ese cuerpo que no quisieran tener se repiten en redes sociales de forma tajante y en otros casos queriéndolo hacer pasar por humor cuando no lo es.

Cuando alguien pronuncia sentencias tan dolorosas como esas, ¿se ha preguntado por casualidad qué siente una persona como yo al leer eso? Ese cuerpo al que jamás quisieras llegar, es como el mío. Mi cuerpo es maravilloso ¡yo soy maravillosa! y no hay nada de malo en ser como yo. Nos han programado desde pequeños a condenar y maltratar a los cuerpos gordos como si fuera lo peor que nos pudiera pasar. Lo peor que nos pudiera pasar es una pandemia, pandemia que es nuestra realidad, aún la estamos viviendo y que no hemos entendido al parecer la gravedad de la situación y de esas sentencias corporales.

La etiqueta de la ropa no indica absolutamente nada, e insisto en la palabra nada. Yo soy talla 24 americana y en mi closet tengo prendas talla S, tengo prendas talla 26 y no indica ni que soy delgada, ni que he engordado, mucho menos que dejo de ser la mujer fabulosa que soy. No indica absolutamente nada, más allá de inconsistencias en las casas de moda con los patronajes. Tema que han intentado regular solamente en Argentina sin éxito hasta la fecha.

El mundo es como es, y no hay señas de que mejore en algún momento, es por ello que un sano balance es necesario. Es decir, así como es importante ser sensible ante las problemáticas, es importante sanar y fortalecer nuestra autoestima en cada oportunidad que tengamos. La gente con autoestima de cristal no solo terminan siendo un problema para ellos mismos, sino para los demás, y ejemplos sobran.

La etiqueta de tu ropa es solamente un número referencial de cómo maneja las medidas la casa de moda o diseñador del caso y nada más. Tu valía y belleza, así como tu éxito, no se miden ni se medirán jamás basados en esos números. La etiqueta de mi ropa puede decir talla cero, y eso no cambia mi realidad. No cambia mi cuerpo que es hermoso, es grande y es mío. ¡No quiero el de nadie más! Y quien decida entrar en mi vida tiene que entender y respetar esto, de lo contrario no puede estar.

Eres una persona increíble, sea cual sea tu talla. No importa cuándo leas esto, recuérdalo siempre.

¡Hasta la próxima!

Jennifer Barreto-Leyva
1st. Latina + size model, Beauty Queen & Size advocate worldwide | TV/radio host | Editor in Chief of @BellezaXL |Celebrity blogger in Huffington Post
TendencyBook