Definitivamente sí, y más cuando las nuevas iniciativas ofrecen un poco de arte autóctono que va más allá de las fronteras del estado Anzoátegui. Por eso hoy quiero hablarles de Arte 3 Galería, un espacio que abrió sus puertas en mayo de este año dedicado a mostrar el trabajo escultórico y pictórico de distintos artistas plásticos, permitiendo fomentar de esta manera múltiples conexiones entre creadores, coleccionistas y aquellos asistentes que estén ávidos de ver expresiones novedosas del talento venezolano.
Gilberto Pérez, Martín Morales, Fidel Ramírez, Iván Quintero y José Luis Guerrero son algunos de los nombres que dicen presente dentro de sus cuatro salas. Ellos conforman la exposición “Albricias”, donde nos dejan apreciar el movimiento, el color, la simpleza y la cotidianidad a través de las múltiples técnicas empleadas para plasmar sus ideas llenas de creatividad en cada una de sus obras.
Bien decía Alejandro Otero: “El arte es una forma de reforzar la fe en la vida” y esta frase es la que a cada rato mueve a Manuela Hernández, quien en conjunto con su esposo decidió salir a explorar los estados andinos en un momento turbulento del año 2017 –cuando las protestas en la calle estaban en su punto más álgido-, encontrando en el camino nuevas sensaciones, producto de sus ganas de conseguir aires nuevos llenos de tranquilidad, positivismo y armonía, necesarias en ese entonces y que unos meses más tarde decidieron traer al Oriente del país para compartirlos con sus residentes.
A ella le brillan los ojos cada vez que describe una pieza en sus visitas guiadas. Es como si viviera la emoción del artista a través de cada cuadro o escultura. Jamás se me hubiera ocurrido que esta ingeniero estuviera repleta de tanta pasión por dentro como para hacerla afín a un movimiento que muchos venezolanos estamos llevando a cabo, como lo es resaltar lo mejor de nuestra gente en cada una de sus diversas facetas.
Si están de paseo por Barcelona, no olviden pasar por el centro comercial Aguja Dorada ubicado en la calle 12 de Colinas del Neverí. Les aseguro que una vez que entren al lugar se van a desconectar y olvidar de todo lo que está sucediendo a su alrededor.
¿Vienen conmigo?
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