Con el final de la guerra, la sociedad volvió a tomar su rumbo con la firme convicción de dejar atrás todo el sufrimiento y privaciones que vivieron. La figura femenina vuelve a retomar su sensualidad obteniendo una figura en la que buscaba marcar elegantemente el busto y las caderas consiguiendo así un perfecto reloj de arena que solo los 50 pudieron lograr.
El primer diseñador en ofrecerle a las mujeres glamour, belleza, lujo y sofisticación fue Christian Dior en 1947, quien cubría gran parte de la exportación de la moda francesa que consistía en trajes sinuosos que resaltaban las siluetas, tacones para definir la elegancia, peinados llenos de ondas y maquillajes donde los labios eran los protagonistas con un rojo vibrante.
Los años 50 le ofrecen a la mujer la posibilidad de elegir entre vestidos de estilo ceñido al cuerpo o por el contrario vestidos de torso entallado y amplias faldas acampanadas, pero ambos tenían el mismo propósito: destacar una figura diminuta. Para muchas el uso del corsé era determinante ya que les permitía poder definirla con mayor precisión, así que se mantuvo desde la presentación de Dior hasta inicios de los 60 en las que la silueta iba a dar otro cambio radical.
En esta época conservadora las prendas como los vestidos o faldas podían resultar francamente irrespetuosas si se llevaban cortos, así que toda prenda moralmente aceptable debía tener un largo que llegase por debajo de la rodilla. Lo mismo ocurría con los trajes de baño que resultaban ser prendas conservadoras en las cuales las mujeres utilizaban modelos de piezas completas, pero como siempre hay voces disonantes, por lo que las más atrevidas jugaron con las dos piezas logrando siluetas sensuales e ingenuas.
Pero aun cuando en esta época la mujer pareciera tomar un papel secundario siendo la ama de casa perfecta, a mediados de los 50 aparece la figura del pantalón en dos estilos: el capri ceñido y el que marcaba la cintura pero se acampanaba en los bajos. De esta manera, la mujer mezcla la feminidad de la suavidad, pero conservando todo un movimiento que empezó a gestarse de la mano de Coco Chanel.
Los caballeros también tuvieron su buena dosis de estilo ya que se impuso el estilo de James Dean, un joven actor que a pesar de su corto paso marcó una década, en la que los pantalones Levi’s con camisas blancas o franelas negras eran lo “más”, si además te ponías una icónica chaqueta de cuero. Los menos rudos por otro lado optaban por looks más preppy en los que utilizaban chaquetas tipo estudiante y zapatillas deportivas.
Otras de las grandes prendas masculinas eran los trajes formales de pantalones anchos unicolores, rayas o cuadros que conjuntaban con chalecos, camisas blancas de algodón, corbata y pañuelos que iban en el bolsillo superior de las chaquetas.
Como otros accesorios, los hombres utilizaban tirantes, guantes, sombreros o boinas que iban a juego con zapatos Brogue, mocasines y Oxford.
Si hablamos del estilismo femenino podemos decir que los 50 se caracterizaban por sombras pasteles, delineado negro felino que iba coronado por cejas perfectamente delineadas. Como elemento complementario, utilizaban pestañas postizas que sellaban con perfectos labios rojos.
Sus cabellos se caracterizaban por rizos marcados que luego podían ser recogidos en el moño italiano que impuso la actriz Audrey Hepburn. Quienes llevaban el cabello corto lo hacían con profundas ondas al más puro estilo Monroe, quien también popularizó los rubios.
Para finalizar podemos decir que los diseñadores más destacados de esta época fueron Christian Dior, Balenciaga, Coco Chanel, Schiaparelli, Lavin, Givenchy e Yves Saint Laurent. Y entre las figuras más sobresalientes destacaron Elvis Presley, James Dean, Audrey Herpburn, Marilyn Monroe y Brigitte Bardot.
Si quieres impregnar tu estilo con todo este glamour curiosea estas ideas.
