Los meses han ido pasando y acercándonos cada vez más a una normalidad aún desconocida pero que en apariencia mantiene sus bases. Las calles empiezan a ver las puertas de las tiendas abiertas, los cafés vuelven a ser sitios de encuentro, e ir a la oficina regularmente es casi alentador después de los duros meses en los que nos vimos obligados a cambiar. El Street Style fue una de esas cosas que trató de mantenerse y adaptarse pero que en el camino fue perdiendo su esencia.
Con la llegada de las vacunas la ilusión se percibe en el ambiente, las ganas de vestir e impregnarles el ADN de cada quien se palpa en el ambiente, prometiéndonos ver en los próximos meses cientos de fotografías cautivadores de las que poder sacar ideas.
El Street Style es la fuente de inspiración para los fotógrafos, directores creativos y amantes de la moda. Lo que empezó como un entretenimiento para Bill Cunningham, terminó siendo una actividad frenética que llevó a muchos a resolver las inquietudes propias de quien se levanta una mañana al trabajo sin saber qué ponerse.
Pequeñas pistas de grandes estilos
Por ahora, lo poco que se ha ido dejando ver en las exploraciones de las personas en las calles de sus ciudades, promete combinaciones vanguardistas y sublimes. Según recopilaciones de Vogue.es se han dejado ver looks masculinos en proporcionadas figuras, donde los accesorios son los encargados de romper la dureza del outfit.
Las faldas tartán vuelven al ruedo acompañadas de t-shirts estampadas con emblemáticas bandas, retomando, la onda grunge. Pero lo que está llamando poderosamente la atención es el uso casi excesivo del oversize, que en otras palabras no quiere decir otra cosa que existe una alegría de volver al ruedo del día a día, pero con ganas de abandonar paulatinamente nuestra zona de comodidad. ¿Por qué es más cómodo que un conjunto oversize?
En materia de calzado se han visto muchas cosas que, en primera instancia, no resultarían del todo estéticas si las tendencias no fueran esta bola gigantesca de nostalgia. Estamos hablando de los zapatos parecidos a las botas de combate pero aún más estrambóticas, que por otra parte son contrarrestadas por los tan adorables kitten hells y las flats.