Elsa Peretti nació en Florencia, dentro de una familia aristocrática siendo la segunda hija de un magnate petrolero y una amante del arte; como es de esperar, su educación fue dada en las más prestigiosas instituciones de Suiza y Roma.
Su huella en el mundo de la moda dio inicio en los años 60, luego de que cortara lazos con su familia, así que fue a Barcelona y se convirtió en modelo, luego en la Ciudad Condal se codeó con personalidades tales como Salvador Dalí convirtiéndose en miembro de la gauche divine, la izquierda divina de un grupo de intelectuales que se oponían a Franco.
A finales de los 60 se mudó a Nueva York y se unió a la Wilhelmina Modeling Agency, fue ahí que conoció al diseñador Roy Halston con el que compartió una relación más allá de creador/musa. En el mundo del modelaje destacó gracias a que era de esas mujeres altas, esbeltas y elegantes, su éxito fue inminente a pesar de que ella misma no se sentía cómoda en una profesión que creía “antinatural”.
En 1971, Elsa comenzó a diseñar joyas para Halston, creando también el frasco en forma de lágrima para el primer perfume del diseñador norteamericano, para este entonces Peretti ya estaba comenzando a ver el éxito como diseñadora en Tiffanys. Según relataban en Vanity Fair: “Elsa se sentó allí, en silencio y misteriosa con su capa negra, mientras Halston lo hablaba todo”.
Sin embargo esa amistad llegó a su fin tras un gran impasse que hubo entre los diseñadores debido al éxito de Peretti y el desgaste de Halston. En 1979 se convirtió en la diseñadora principal de la emblemática joyería. A lo largo de su carrera creó más de 30 colecciones entre las que destacan Botlle, Open Heart y sus tan afamados brazaletes Bones.
El material que más solía utilizar era la plata, inyectándole un aire novedoso y revolucionario al mundo de la joyería de la época, esto logró conectar a la firma con un público más joven. Elsa y Tifffany’s mantuvieron un matrimonio feliz; la primera colección diseñada estuvo hecha con plata de ley y a los pocos días se agotaron todos sus diseños además de elevar el material de la noche a la mañana a la categoría de lujo.
Durante un tiempo fue cliente asidua del Studio 54 y a todos sus excesos en compañía de sus amigos Halston, Andy Warhol, Bianca Jagger y Liza Minelli, pero a diferencia de algunos de sus amigos tomó la decisión de ir por un camino más austero, para la década de los 80 se mudó de Nueva York a Sant Martí Vell, un pequeño pueblo de Girona en el que compró y remodeló una mansión ella misma. Elsa aseguró: “Aquí me siento libre. Sant Martí me atrajo porque era diametralmente opuesto a Nueva York y mi familia. Nada de sofisticación. Durante mis primeros años aquí dormía en un banco y me lavaba sobre el suelo de piedra”.
Volvió a ver a Halston dos años antes de la muerte del diseñador en 1990. Elsa abandonó este mundo en marzo de 2021 a los 80 años de edad, dejando un legado de genialidad en el que las formas orgánicas, la calidad y piezas amuleto formaron parte de su obra.