Más problemas, más conocimiento

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La tendencia a enjuiciar de manera negativa está quedando en el pasado. Los cambios se hacen cada vez más presentes, y nos ayudan a observar nuestras circunstancias para convertirlas en herramientas funcionales en el desarrollo de nuestras virtudes. Los problemas podrían significar una oportunidad para adquirir cada vez más conocimientos y experiencia para el manejo de nuestra vida.

El primer planteamiento es eliminar de nuestra mente aquello que nos hace rechazar un problema, negarlo. Inclusive podríamos usar el lenguaje como una especie de apoyo y asegurarnos, ante la situación problemática, que la existencia de un problema está supeditada a la previa generación de una situación. Es decir, los problemas antes de ser esas cosas horribles, son simplemente situaciones con características determinadas.

Lo que denominamos como problemas, son simplemente situaciones adversas de las cuales no tenemos suficiente pericia e información que nos permitan manejarlan. Es por ello que sentimos miedo, uno que no es otra cosa sino nuestra incapacidad para manejar el conocimiento al momento. Pero por el contrario, si tuviésemos la pericia y suficiente información disponible para afrontar esta situación, ciertamente el problema pasaría a ser nada más que un ligero inconveniente.

Las oportunidades están a la vista, siempre y cuando estemos en la actitud adecuada para percibirla. Un problema es una oportunidad de entrar en contacto con lo desconocido, de encontrarnos con un mundo nuevo donde se generan más ramificaciones de conocimiento y experiencia pura y dura. Una vez que abordamos el problema para dar con la configuración que destrabe aquello, su solución, podremos darnos cuenta cuenta de la forma en que vamos entrando en contacto con conocimientos que, antes de la aparición del problema, eran completamente ajenos a nosotros.

Una de las formas más explícitas de dar con este hecho, es el lenguaje. A medida que la humanidad se ha ido enfrentando, y posteriormente superando sus desafíos, se ha ido nutriendo nuestro lenguaje. Fíjese usted que mientras más conocimiento vamos alcanzando como especie humana, se hace imperante la creación constante de nuevas terminologías que nos permitan traer ese conocimiento al mundo real. Por ejemplo, resultaba impensable para generaciones pasadas el uso de terminologías como Blockchain, que se ha convertido en la tecnología que mejor perfil hacia el futuro tiene.

La forma en cómo afrontamos nuestros problemas tiene, a simple vista, dos caminos. El primero es dominado por el miedo. Aquí se hace muy difícil poder absorber conocimientos, puesto que nuestro cerebro coloca en modo de supervivencia la máquina humana. Tomando decisiones que permitan la plena preservación de la célula; entendiendo el humano a nivel biológico como un conjunto de células. Por otro lado, tenemos el segundo camino que es el de la oportunidad. No dejarnos asustar por la inhabilidad de manejar conocimientos al momento de enfrentar una situación. Debemos, entonces, colocarnos en la búsqueda activa de los conocimientos que nos permitan destrabar la situación a la que nos estemos enfrentando.

Uno de los organismos más complejos y poderosos que haya conocido el ser humano, es el cerebro. Si lo usamos de la manera correcta tendremos a favor de nuestras metas y objetivos, todas las herramientas que facilita una máquina perfecta que está, constantemente, almacenando información y escribiendo patrones. De lo contrario, si permitimos que sean nuestras emociones quienes dominen nuestro plano consciente, estaremos entonces indefensos en la pasividad esclava de vivir entre básicos estímulos y respuestas.

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