Desde que iniciaron estos días raros que venimos viviendo desde principios de marzo, todo en nuestra vida ha tenido un descontrol, en mayor o menor medida, y la moda no queda fuera de esta película.
Los pijamas y la ropa de estar en casa sustituyeron a trajes de ejecutivo, tacones, vestidos y demás elementos del look corporativo, así mismo nuestros horarios y costumbres han ido siendo sustituidas paulatinamente. Desde las primeras semanas los especialistas en salud mental han insistido de forma reiterada que tratemos en lo posible no perder los hábitos y es ahora cuando empieza a verse todo y cuánto advirtieron, entre esas muchas cosas, la depresión.
Muchos se preguntarán qué tiene que ver la cuarentena con las tallas grandes, pues todo, tanto y mucho…
Para nosotros se hace cuesta arriba, demasiado diría yo, conseguir simples cosas en el vestir, como una t-shirt por nombrar el ejemplo más sencillo, lo que ha hecho que entre la población de talla grande el tema de la depresión se haga aún más crónico.
Una de las cosas que recomiendan los especialistas siempre, es que independientemente de que estemos en casa o no, cuidemos nuestros hábitos en pro a una salud mental óptima y esta situación amerita de todos nuestros cuidados.
Además del ejercicio con las prendas que ya no usamos que compartiera semanas atrás en este espacio, el que nos mantengamos atentos a nuestra imagen personal es importante. Ya es sabido que lo que conocíamos como normalidad no volverá, sin embargo, una vez paulatinamente retornemos a nuestros espacios bajo la “nueva normalidad” lo recomendable es tener una transición lo más amable posible.
Verte al espejo en pijamas o ropas de estar en casa día tras día, con lo resquebrajados que estamos todos en mayor o menor medida no es fácil y poco –siendo muy generosa en el verbo– podrá ayudarte con el estado de ánimo, y quiero que quede muy claro algo aquí, no se trata de fingir alegría y felicidad, mucho menos de inventarse jolgorios mentales, cuando todos de alguna u otra forma no solo intentamos ubicarnos en esto que nos está sucediendo, pero sí de ayudarnos a nosotros mismos a mantener nuestra estructura personal y nuestra dignidad como seres humanos. Si le hacemos la partida fácil a la depresión, ésta tendrá el camino más fácil para ganar la peligrosa batalla que siempre mantiene entre garras. Sin duda alguna, hay que tener cuidado con esto.
Más allá de estar enseñando colecciones nuevas de diseñadores y mil disparates más bastante fuera de lugar y tiempos, reforcemos el no abandonarnos, el no perder las rutinas, el intentar estar arreglados dentro de nuestras posibilidades, es algo que debemos intentar mantener vivo, día tras día.
Por eso y a pesar de que no soy amiga de retos, pequeñas actividades como estas nos animarán a vestirnos y arreglarnos, bien sea que las posteemos en redes sociales o no. Hagamos reuniones online y procuremos tener buena presencia, aun y cuando sea solo con conocidos y amigos. Este momento es perfecto para que activemos la imaginación y creemos ideas como estas que tienen un efecto positivo. Son pequeñas motivaciones que nos ayudarán a tener el buen ánimo y el deseo de vernos bien, aún y cuando vivimos una época tan complicada como esta.
Más allá de la buena presencia que debemos tener en video conferencia de trabajo, hagamos el esfuerzo porque las conferencias personales también sean cuidadas, pero en esta ocasión, más allá de la imagen que des, por cuidar tu autoestima.
No se trata de seguir modas, en este momento cuando estamos en modo supervivientes, es imperativo que pensemos en lo verdaderamente importante, y la salud mental como la emocional están de tope en la lista.
Verse bien en estos momentos, lejos de ser un acto considerado como de banalidad, es un acto necesario de amor propio que debe ser tomado muy en serio, tanto como para hacerlo parte de nuestras rutinas de esta nueva normalidad.
Nunca olvides que pandemia o no, reflejas en tu apariencia personal cómo te sientes por dentro y en este momento donde solo nos tenemos a nosotros, solo nosotros podemos ayudarnos y hacer algo con esto, y no, no depende ni tiene que ver en lo absoluto con la talla de ropa.
Vístete para amarte… ahora más que nunca, debe ser un lema que pongamos en práctica en su totalidad.
¡Hasta la próxima!
