Debo confesar que este tema puede ser delicado para quien no acepta críticas y es de autoestima en extremo frágil. He pospuesto escribir de esto porque hay días que no sé cómo abordarlo.
Cumplí en marzo 28 años en el mundo de la moda y como activista de la autoestima, salud mental y de los distintos arquetipos de belleza, y debo confesar, que ya me resulta agotador los “ojalá yo pudiera hacer lo mismo que tu”. No soy especial, no tengo súper poderes por tanto lo que yo he hecho, lo puedes hacer perfectamente tú también.
Creo firmemente que más allá del argumento básico y simplista de la actitud, está un tema y grave de autoestima. Cuando no te quieres, no te sientes capaz de nada. Llámese diversión, pareja, autoimagen y pare usted de contar. Y no lo digo yo, estudios psicológicos así lo avalan.
Amor propio es mucho, pero mucho más allá de decir “me amo” como cotorra, rayando en el narcisismo y sin noción de la profundidad de lo que se dice. Y en esto de ser cotorras narcisistas hay muchos en la industria de tallas grandes, que lejos de ayudar, perjudican y mucho, a la par de que se aprovechan comercialmente de todas esas personas que les compran que al usar un vestido bonito, todos los problemas de autopercepción terminan. Y no, así no funciona esto…
En Latinoamérica hay un problema gravísimo culturalmente hablando con los temas de salud mental y emocional. Por alguna razón creen todavía que da vergüenza hablar de salud mental, y que eso es “de locos” pero eso sí, hay que buscarse la mejor manicurista de la ciudad porque las uñas deben estar impecables aunque el alma la tengamos en total caos.
Estando en pasividad y con prioridades desordenadas, sin asesoría de profesionales, lamentablemente jamás se saldrá del lamento, del descontento adormecido y de un “ojalá yo pudiera hacer lo mismo que tu” que nos acompañará hasta el final de nuestros tiempos.
Hay que vestirse de amor propio, y nada tiene que ver con el peso, raza, estatura. La determinación a querer la vida que sueñas debe ser suficiente aliciente para moverte hacia ello.
Tienes las riendas de tu vida en tus manos, entonces es hora de despertar y hacer lo correcto para vivir la vida que quieres (y que perfectamente puedes). ¡Sin excusas!.
Hasta la próxima.
