Escondido en las calles de Girona nació el proyecto Rocambolesc, helados artesanales que empezaron recorriendo las calles hasta estacionar su local en el centro de la ciudad: así nació Rocambolesc.
A la cabeza se encontraban Jordi Roca y el diseñador de los petits fours Andreu Carulla; los hermosos helados de Rocambolesc se expandieron hasta Alicante, luego a las ramblas de Barcelona y la calle Serrano de la capital española.