El punk: el fenómeno social que cambió una década

El punk el fenómeno social que cambio una década

El punk pasó de ser un grupo social marginado que rechazaba lo establecido a convertirse en una forma de expresión seguida por las masas y que generó mucho dinero a la industria de la moda. ¿Por qué hablar de un movimiento que revolucionó a los jóvenes de los 70 y 80? Pues porque este otoño 2021 veremos nuestras propias versiones de la antimoda.

El punk fue una gran descontextualización que nació en Inglaterra de mano de jóvenes que buscaban respuestas, que necesitaban desprenderse de las capas de superficialidad que la moda ofrecía y mandar un mensaje claro y conciso. Su sello de identidad, los tartanes, los imperdibles, prendas raídas hasta lo absurdo, cabellos extravagantes que entre más colores, mejor.

Si alguna vez la moda ha creado una paradoja sin duda fue esta, el punk no nació con la intención de ser glamoroso, sino todo lo contrario, mientras la moda de finales de los setenta vivía en una burbuja de excesos y extravagancias, en el mundo real hacia malabarismos con la inestabilidad económica y social.

La clase trabajadora británica era la más afectada en un país que arrojaba cifras récord en desempleo e inflación, en consecuencia hablamos de una gran recesión imposible de eludir. Las políticas de Margaret Thatcher fueron una de las más estrictas en la historia moderna y esto, como es natural, desembocó en un rechazo profundo hacia la burguesía y la clase dirigente.

Las reacciones adversas al capitalismo vinieron de la mano de las bandas de música, ellas daban voz a los jóvenes frustrados y necesitados de un cambio. Londres fue el escenario para los Sex Pistols o The Clash mientras que Nueva York lo fue para The Ramones y los New York Dolls pero lo que ambos tenían en común a pesar de las millas de distancia era el nombre de Malcom McLaren.

Este empresario inglés fue el precursor de la estética que hoy conocemos y que nos negamos a abandonar, su visión “No Future” se vio marcada en no solo en la composición musical, sino en los looks de cada integrante de las diferentes bandas. La desesperanza por un futuro mejor estaba a punto de convertirse en un negocio muy rentable.

Al apellido McLaren se sumó otro que la historia de la moda recordará hasta el apocalipsis. Si pensaste en Westwood pues estás en lo correcto. La diseñadora junto a su marido para aquel entonces convirtió su tienda en el epicentro de la moda punk, este establecimiento llevaba por nombre SEX y gracias al carácter irreverente e inconformista de Vivienne la temática y el nombre cambiaría constantemente, ofreciéndole a su público un santuario de entendimiento estético muy difícil de ignorar.

La creatividad de la inglesa daba para mucho, en la tienda se podían encontrar prendas con mensajes provocadores, ropa fetichista, trajes de bondage. Todo esto fue caldo de cultivo para el corporativismo, pocas cosas atraían tanto la atención: lo que fueron prendas rotas con significado, brincaron irremediablemente a la alta costura y las chaquetas de cuero pasaron a ser una de las prendas ready to wear más costosas del mercado.

De una manera u otra cada diseñador a su manera ha enfocado al menos un colección en este movimiento, creando piezas de lujo alejando entonces a sus pioneros de su mensaje inicial. Esta temporada estamos por ver el renacimiento de este movimiento.

 ¿Inconformismo o usurpación? Todavía estamos a la espera de ver a qué responde la vuelta de esta estética, puede que se trate de un grito de nostalgia o ganas de usar lo que nuestros padres o abuelos utilizaron en su momento o sean un alzamiento en toda regla a la masificación del pensamiento, a la falta de individualidad con las que nos vemos arrastrados y que nos incomoda de manera sorda.

Solo queda preguntarnos: ¿Será el punk la válvula de escape de nuevas voces?

Alexandra Hidalgo
Disfruto del orden que habita en el caos de ahí mi amor por la moda, la fotografía, los libros y mis peleas con lo absurdo.
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