La neurociencia nos propone el hábito de los 5 minutos

La neurociencia nos propone el hábito de los 5 minutos

Para  alcanzar nuestras metas primero tenemos que definir cuáles son, luego entender que todo aquello que deseamos tiene un precio y si estamos dispuestos a pagarlo, y finalmente ir a por eso que tanto queremos. Ahora imagina que sólo 5 minutos pueden cambiarte la vida y darte eso con lo que sueñas. La neurociencia podría ayudarte en ello.

El pequeño problema que tenemos es que vivimos en la cultura del “para ayer”, eso significa que vamos a toda marcha para hacer cualquier cosa por lo que en nuestro cerebro segmentamos la calidad de vida, el éxito y sentimos que debemos elegir uno solo.

¿Qué pasa si lo podemos tener todo?

Entre la vorágine del día a día nunca hemos tomado en cuenta el descanso, con ello no te hablamos de la hora del almuerzo, sino de los descansos intencionados que incluso pueden incluir una siesta. Se sabe que tomar estos ‘breaks’ promueve la energía productiva, la creatividad, los pensamientos innovadores, la mentalidad positiva, la memoria, e incluso la intuición.

Seguro que algo en el párrafo anterior te llamó la atención por lo poco probable que lo lleves a la práctica en la oficina, pero resulta que, según la neurociencia, las siestas mejoran el estado de alerta mucho mejor que la cafeína. Estos periodos breves de descanso contrarrestan los efectos a largo plazo de no dormir lo suficiente, e incluso nos ayuda activar la zona del cerebro que se encarga de solucionar los problemas.

Por ahora todo nos parece perfecto pero poco práctico; sin embargo, hay maneras de tomar una siesta sin pegar el ojo. Con estos consejos que sólo te llevarán 5 minutos al día podrás conseguir todo lo que te dijimos y más:

  • Cierra los ojos: más del 50% de la superficie del cerebro, según la neurociencia, se dedica a procesar los estímulos visuales. Cuando cerramos los ojos, la energía asociada a ese porcentaje permite que este se recupere. Así que podemos pasar 5 minutos con los ojos cerrados tratando de relajar nuestra mente y obtenemos el mismo beneficio que una siesta.
  • Sueña despierto: otra buena manera de relajarnos es soñar despierto; a veces lo hacemos sin darnos cuenta, pero otras podemos darnos un empujoncito consiguiendo una imagen relajante y mirarla mientras nuestra mente se va relajando.
  • Respira: es algo que hacemos sin estar plenamente conscientes de que lo hacemos, por ello te recomendamos practicar la respiración diafragmática que consiste en aspirar el aire desde nuestro abdomen. Para ello colocamos una mano en el pecho y la otra sobre la panza, cuando tu mano inferior se eleve y la de arriba no significará que estás introduciendo el aire desde el diafragma.
Alexandra Hidalgo
Disfruto del orden que habita en el caos de ahí mi amor por la moda, la fotografía, los libros y mis peleas con lo absurdo.
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