Los años 40 iniciaron en medio de una gran estrechez económica y los problemas políticos de la segunda guerra mundial que vio su inicio en 1939. Como es de esperarse, las prendas de esta década tuvieron una fuerte inspiración militar, compuestas por trajes de dos piezas en donde los colores neutros eran los protagonistas y tenían un aire masculinizado por el uso de las hombreras. Gracias al contexto político, económico y social estas piezas buscan ser combinadas de diferentes maneras para lograr diferentes looks.
La moda de estos años era relativamente sencilla gracias a sus cortes, no tenían pliegues, bolsillos y los dobladillos eran escasos, todo esto respondía al control que ejercían los gobiernos con medidas de confección respecto a los metros de tela que se podían usar por lo que las faldas se acotaron un poco más, al igual que las chaquetas. Las telas eran escasas, ya que todo el monopolio de confección estaba enfocado en el ejército. La seda, por ejemplo, era utilizada casi en su totalidad para los paracaídas, logrando con ello que las tan utilizadas medias fueran casi inexistentes y fueran sustituidas por los calcetines.
En cuanto a términos de calidad los tejidos, con el pasar del tiempo empezaron a ser de más baja calidad. También se ven obligados a ahorrar telas convirtiendo a los vestidos simples como el fourreau en el must have de la década, además de convertir los estampados en lo más llamativo del momento.
Eran tiempos de recato y austeridad, pero no por ello las mujeres iban a dejar la chispa de lado, si bien es cierto que una diva ultra glamorosa de los años 20 iba a estar mal vista, una que utilizara shorts no. Esta fue la pieza más sexy de la década y surgió de la necesidad, también aparece la falda tubo y el estiletto.
En términos de calzado los 40 vieron popularizarse los peep-toes, los zapatos de cuñas de yute que iban atadas con cintas que se realizaban en casa. Los complementos como los bolsos de mano y los tocados eran confeccionados también en casa, pero los cinturones para marcar la cintura fueron sin lugar a dudas el complemento favorito de la época.
Otra de las cosas llamativas de esta década fue el touch of red que era una manera de llevar los outfits a otro nivel y que además coincidió con el lanzamiento de True-Color de Max Factor, que era un labial rojo de larga duración.
El vestido de cocktail ve la luz por primera vez en esta época, siendo la pieza más elegante. No llegaba a ser un vestido para la tarde, pero tampoco era apropiado para la noche por no llegar a los pies. Era muy económico y versátil. Iba muy bien conjuntado con un cabello de largo medio, arreglado con ondas. Este pedacito de la historia de la moda también ve el nacimiento de los pañuelos en el cabello que se utilizaban para cubrir los cabellos descuidados por la escasez y que hoy son un toque chic en el guardarropa.
Como ocurrió en los 30, el cine tiene una gran influencia, como era de esperar Hollywood centra sus films en el conflicto. Gilbert Adrian fue un nombre destacado para la industria ya que fue el modisto que más actrices vistió, se distinguía por el uso de los zapatos rojos brillantes como lucia Judy Garland en el personaje de Dorothy, en Mago de Oz de 1943.
Unos íconos indiscutibles de la época fueron Lauren Bacall, quien fue considerada la mujer más elegante de sus tiempos, junto a la mujer más sexy, título que se le otorgó a Rita Hayworth por su papel de Gilda.
La guerra ve su fin en 1945, pero las mujeres continuaron aferradas al estilo que les había impuesto el conflicto, el cambio inició dos años después cuando Christian Dior realiza su primer desfile en París dejando un público cautivado con el “New Look” que no solo cambió la manera de vestir de la época, sino que al día de hoy seguimos viéndonos envueltos por su influencia.
La silueta era caracterizada por la fragilidad y la feminidad, se podían ver los hombros torneados, las cinturas hiper-estrechas que destacaban aún más con las faldas al vuelo en las que los metrajes de tela no escaseaban. Pero en 1946 Balmain había presentado una colección de faldas acampanadas de estrechas cinturas en las que la escritora Gertrude Stein, gran impulsadora del arte del siglo XX, comentaría y convirtiéndolo en parte del movimiento New Look.
Por otro lado Balenciaga se encargó de diseñar numerosos vestidos negros para el día en el que resaltaba la cadera con el péplum, pero Dior aparece con su colección Toneau de siluetas más modernas que serían un must incluso en la década de los 60.
Para traer los años 40 a nuestros armarios debes involucrar cinturones que estrechen nuestras figuras, las faldas lápiz que hoy podemos combinar con zapatillas deportivas y, por supuesto, el uso casi obsesivo del labial rojo. Esperamos que esta galería te inspire como hizo con nosotros.
